Uno de los grandes problemas y fallas en la seguridad española ha sido el caso de la utilización del software Pegasus por parte del Reino Marruecos para espiar a personalidades destacadas en diversos ámbitos, incluida la política, de la sociedad española y francesa. Unas artes utilizadas por el país magrebí para forzar el apoyo hispanofrancés al plan de autonomía marroquí del Sáhara Occidental y las posiciones españolas en referencia a Ceuta y Melilla.
Un caso que ya está judicializado en ambos países desde hace unos meses ante el supuesto espionaje realizado con el software de origen israelí a los móviles del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y a varios de sus ministros. El juez de la Audiencia Nacional, José Luis Calama, investigó la trama después de reabrir el caso tras recibir nuevos datos por parte de las autoridades francesas. Pero poco después y tras el verano de 2023 se cerró y no deja bien claro las soluciones a las fallas de seguridad que se han tenido.
Hay que recordar que Pegasus es un programa de espionaje informático desarrollado por la empresa tecnológica israelí NSO Group. Este software fue presentado como una herramienta dirigida a instituciones gubernamentales y fuerzas de seguridad con el fin de vigilar a personas sospechosas de terrorismo u otros delitos grave.
Pegasus ha sido el claro ejemplo de como países con escaso desarrollo industrial y tecnológico acceden a comprar y adquirir tecnología de gran capacidad y de nivel para recabar gran cantidad de información sensible de rivales o vecinos. Para de esta forma, poder llevar a cabo sus intenciones y deseos políticos y geoestratégicos. Todo ello a un precio asequible y competitivo.
Casi todo el mundo sabe que Marruecos no tiene la capacidad tecnológica para desarrollar este tipo de software, pero al acudir al mercado privado obtiene un producto muy competente para lograr información bastante sensible para la seguridad de España y Francia. Un elemento que puede ser utilizado para futuros intercambios en acuerdos de todo tipo.
Esto tipo de tecnología te permite también ser más agresivo a la hora de expiar y recabar información de rivales. Los propios servicios de seguridad españoles y franceses, que fueron los que detectaron su actividad, señalan a estos programas privados como auténticos peligros para la salvaguardar la seguridad nacional. Además, este tipo de nuevo espionaje es más barato a la larga, porque evita despliegues en territorio extranjero y posibles conflictos y escándalos por ello.
UN MUNDO EN CAMBIO
El mundo actual es un elemento en continuo cambio. Y el sector tecnológico es de los que más evoluciona en la actualidad. Internet, la inteligencia Artificial (IA) y elementos como los drones han puesto en manos de actores civiles informaciones que has hace bien poco solo accedían determinados servicios de inteligencia estatales.
La Guerra de Ucrania ha sido un claro ejemplo de todo esto. En dicho conflicto el común de los mortales puede acceder a contemplar los movimientos en el frente del ejercito ruso simplemente con acceder a cualquier red social. Que la opinión pública sea capaz de observar estos movimientos de tropas es algo que nunca antes había ocurrido. Un síntoma del avance tecnológico y que cualquier persona con un mínimo de acceso a tecnologías básicas puede comunicar información bastante sensible para entidades y países.
Esto deja a las claras que la inteligencia estatal ha perdido un monopolio que hasta hace a penas un década tenía. Además, esta evolución también pone en valor la importancia de los actores privados para el análisis y la recolección de información sensible y de importancia.
La carrera espacial de empresas como la dirigida por el magante Elon Munsk o la propia encriptación de sistemas de mensajería como el propio whatsApp son claros ejemplos de lo obsoleto que han quedado las redes telefónicas en todo esto. También en un futuro no muy lejano hay que destacar dentro de estos sistemas los que sean capaces de diferenciar en tre la información verdadera y la falsa, algo que con la IA ya se está logrando y serán de vital importancia en estas nuevas guerra de espías.
La IA, por ejemplo, ya es capaz de detectar mensajes de enemigos o de descubrir mensajes yihadistas en la red. Algo bastante útil para los países occidentales. Pero también peligroso porque ha «democratizado» el acceso a otras informaciones que pueden ser utilizados por estos grupos o países enemigos al estar en venta en el mercado privado de la seguridad.
Un claro ejemplo a los que los servicios de inteligencia españoles van a tener que hacer frente en estos próximos años donde países y grupos menos desarrollados van a adquirir en empresas privadas este tipo de material. Un mundo en cambio que modificará totalmente las tácticas de seguridad y defensa.