El juicio por el asesinato de Samuel Luiz que tiene lugar en la Audienca Provincial de A Coruña dirimirá si los cinco acusado son responsables de la muerta del joven de 24 años. Para dos de ellos se pide, además, el agravante de delito de odio por la condición sexual de la víctima. El ser un crimen homófobo, además de la brutalidad del caso, lo han convertirdo en especialmente mediático.
En la vista del 17 de octubre la representante del Ministerio Público ha definido como “cacería brutal e inhumana” la paliza que el joven recibió presuntamente a manos de los acusados. Para la fiscal “no es necesario probar el móvil en sí, sino que es necesario probar la intención de matar” y era evidente el dolo ya que el joven “estaba totalmente indefenso» y su muerte «fue previsible, conocida y aceptada por todos los acusados”.
Esther Martínez, abogada de la acusación particular (la familia del jóven) también destacó la premeditación de los acusados. “Se nos dice que no querían matarle y, entonces, ¿qué querían, mandarle a la UCI, dejarle en silla de ruedas y romperle todos los huesos?”, aseguró.
El juicio contará con cerca de 80 declaraciones. Muchas de ellas testificales, ya que más de treinta personas fueron testigos, en distintos puntos de lo que ocurrió en aquella noche. Además, se grabaron vídeos y se tomaron fotos por parte de muchos testigos y viandantes por lo que estas pruebas pueden ser importantes para retratar lo que la acusación popular, sostenida por la asociación LGTBI Alas A Coruña, califica de «manada».
RUPTURA ENTRE LOS ACUSADOS
Por su parte, las defensas han evidenciado que no van a ir todo a una y que buscarán cada uno los eximentes que más les puedan favorecer. Así, el abogado de Alejandro Freire, alias Yumba, señaló que «cada uno tendrá su responsabilidad, por lo que hay que ser escrupuloso con el grado de participación de cada uno». «Hay que determinar cuáles participaron, pues hay muchas dudas. Quién tenía voluntad de matar, quién tenía voluntad de lesionar y quién terminó matando o quién no tenía intención de nada de eso», precisó. «Hay acciones distintas en estos hechos. No es lo mismo el que empuja, el que da una patada y el que lo remata con una piedra en la cabeza», señaló el letrado de Freire.
Lo cierto es que la ruptura entre los acusados viene de lejos. Kaio Amaral y Catherine declararon en contra del resto de lo acusados. Para Catherine y su novio Diego son para los que se pide el agravante por delito de odio por discriminación sexual.
LOS HECHOS
Tras unas horas de fiesta, en la madrugada del 3 de julio de 2021, Samuel salió de la discoteca El Andén, ubicada en la playa de Riazor, con su amiga Lina. Ambos decidieron llamar a una amiga y los acusados pensaron que les estaba sacando fotografías.
Por este motivo comenzaron a increparle y a agredirle. Tras un primer puñetazo, fue perseguido a lo largo de 200 metros, tal y como captaron las cámaras de seguridad de la zona.
Al alcanzarlo, le golpearon con «brutal violencia» hasta que cayó desplomado. Un golpe en la cabeza y los politraumatismos fueron la causa del «fallo multiorgánico» que acabó con la vida de la víctima.
Lina llegó hasta él y también un grupo de personas que había salido aquella noche y estaban cerca. Eran Marco, Begoña y el periodista Pablo Barrón. Ellos declararán también en un proceso judicial que se ha convertido en mediático por el componente de presunto delito de odio que puede representar el caso.