ERC se juega su liderazgo entre un endiablado trío de exdirigentes del partido republicano. La parte pactista con el PSOE y el PSC, dirigida por los de Oriol Junqueras, afronta una guerra interna sin precedentes, donde los trapos sucios se airean en público sin ton ni son. El enfrentamiento por la campaña sucia contra el PSC recordando el alzhéimer de Pasqual Maragall, hermano del jefe de filas de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, y el muñeco que apareció colgado en un puente de Sant Vicenç dels Horts, la localidad natal de Junqueras.
La guerra interna en ERC se ha recrudecido a pocas semanas del congreso de noviembre, donde la militancia deberá escoger entre la confrontación frente al PSOE y PSC o mantener los pactos alcanzados hasta ahora por Junqueras y Pere Aragonès, expresidente de la Generalitat. Los críticos apuntan que Junqueras conocía todos los entresijos y pasos dados por altos cargos de ERC para emponzoñar las campañas electorales, pero los junqueristas lo niegan en rotundo, afirmando que era ajeno a estas sucias maniobras en política.
Los de Marta Rovira, por su parte, se presentan como una nueva savia dentro de ERC, pero no dejan de ser caras y rostros conocidos, mientras Junqueras no ha dado su brazo a torcer en esta contienda que promete una posterior gran purga dentro del partido, más cuando numerosos cargos del gobierno en la sombra de la Generalitat lo copan cargos republicanos, que prefieren soldarse a los sillones antes que abandonar el cargo y seguir las directrices de los cargos de ERC, quienes han pedido la dimisión de todos ellos para no entorpecer este proceso.
RUFIÁN AVISA AL PSOE SOBRE LA FALSA UNIDAD PROGRESISTA
El lío interno en ERC ha copado toda la atención, hasta el punto de ensombrecer la propia candidatura de Junqueras, que en caso de no salir como líder del partido, los republicanos pondrían muy cuesta arriba tanto la estabilidad del PSC en la Generalitat como el pacto en el Congreso de los Diputados. Muestra de ello, es el apoyo de ERC al PP para reprobar al ministro de Transportes, Óscar Puente, una votación a la que se han sumado Junts y Podemos.
Las caras de Rovira y Junqueras no dan la esperanza en el seno interno de la militancia, que se decanta por opciones más radicales y críticas con los pactos alcanzados con los socialistas. Foc Nou, con Helena Solà, concejal de Cerdanyola (Vallès Occidental), al frente y Alfred Bosch como cabeza más visible insiste en el ‘no’ al PSC, a pesar de que en su etapa anterior en ERC no tuvo problema para formar el tripartito con José Montilla e ICV.
Por otro lado, el bloque de Recuperem ERC se presentan con el espíritu independentista por bandera, siendo el principal objetivo en su hoja de ruta. Tanto Bosch, independentista hasta la médula, y como Solà forman un tándem que muy difícilmente podría hacerse un hueco, pero la militancia está muy desmovilizada, hasta el punto de dejarse llevar y hacer saltar por los aires la legislatura. El propio Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso, se lo preguntó a Pedro Sánchez: «Cuánto cree que va a durar la legislatura». El presidente del Gobierno le apuntó que le quedan «dos años y medio» en el poder, pero el de ERC le dejó claro que las opciones se reducen día tras día, más tras perder 35 votaciones.
LA CONFRONTACIÓN SE FRAGUA EN LA CORRIENTE EXTREMA DE ERC
Bosch se ha rodeado de radicales que muestran su confrontación contra el denominado «españolismo» y dan la batalla no solo en las calles, sino también en las redes sociales, donde son especialmente activos a la hora de denunciar los movimientos del PSC en la Generalitat. Su único objetivo es hacer volarlo todo desde dentro, incluido un nuevo referéndum unilateral o la secesión.
La vuelta de tuerca y nota más preocupante para movilizar a los más radicales dentro de ERC la da Recuperem ERC, que también busca volver a revivir el mandato del 1-O con un inevitable choque de trenes.
Estos bloques abogan por consultar a la militancia primero sobre qué hacer no solo con los pactos con Salvador Illa, sino también en el Congreso de los Diputados. Todos ellos abogan por abrir las ventanas y ventilar el espacio republicano, apartando así a la vieja guardia del partido y especialmente de la ejecutiva para dar entrada a otros rostros que aboguen por un nuevo ‘procés’, pero llevado hasta las últimas consecuencias.