Si hablamos de turismo, y ubicado en el corazón del Maestrazgo turolense, Cantavieja es un pueblo que enamora a todo aquel que lo visita. Situado en una meseta a más de 1.300 metros de altitud, ofrece unas vistas panorámicas impresionantes que lo convierten en un destino único. Su riqueza histórica y cultural es palpable en cada rincón de sus calles empedradas.
El legado histórico de Cantavieja es vasto y variado, desde su origen como asentamiento íbero hasta su importancia durante las guerras carlistas. Este pasado se refleja en monumentos como la Iglesia de la Asunción y el Castillo Templario, que custodian siglos de historia y leyendas.
La arquitectura tradicional de sus casas y edificios públicos, junto con el entorno natural que lo rodea, hacen de Cantavieja un lugar idílico para los amantes de la historia y la naturaleza. Pasear por sus calles es viajar en el tiempo y sumergirse en la esencia más pura de la España rural.
3TURISMO: LA NATURALEZA QUE RODEA A CANTAVIEJA
El entorno natural de Cantavieja es igualmente cautivador. Ubicado en el Sistema Ibérico, ofrece una diversidad de paisajes que van desde bosques frondosos hasta barrancos escarpados. Es un lugar ideal para los amantes del senderismo y las actividades al aire libre.
Las rutas que parten desde el pueblo permiten descubrir parajes de gran belleza, como el Nacimiento del Río Pitarque o el paisaje protegido de los Órganos de Montoro. Estas excursiones ofrecen la oportunidad de conectarse con la naturaleza y disfrutar de la tranquilidad del entorno.
Además, la fauna y flora autóctonas enriquecen aún más la experiencia. Es común avistar especies como el águila real o el buitre leonado, lo que convierte a Cantavieja en un destino atractivo para los aficionados a la observación de aves.
