En teoría la Guerra de Ucrania cambió el tablero de juego en Europa y sobre todo a nivel mental de los gobiernos y ciudadanos del viejo continente. Esta incidencia se está viendo de gran manera en España un país que ha aumentado en casi en un 300%. La adquisición de armas bajo la excusa de la amenaza rusa, aunque el tipo de armamento mira más hacia la frontera sur y el «país hermano de marruecos» ha marcado un rearme que la ministra de Defensa, Margarita Robles, intenta realizar de forma silenciosa.
En este sentido, también hay que recordar que España es uno de los máximos exportadores de armamento del mundo, siendo Arabia Saudí su mejor comprador y el que mejores contratos tiene con España. El país Saudí es un enamorado de las fragatas que se construyen bajo licencia española. Cabe recordar que nuestro país está entre el séptimo y décimo lugar en el ranking de vendedores de armas.
Desde 2023 y como anunció Pedro Sánchez, España ha ido aumentado los fondos para Defensa, y lo ha hecho en un 23,44%, según cifras oficiales del último año. Un aumento que siempre ha contado con el apoyo en el Congreso del PSOE, el PP y Vox, una de las pocas cosas en las que han votado juntos. Como ya hemos señalado la guerra de Ucrania marca supuestamente en este sentido el crecimiento. Algo que se ve soportado por la promesa del ejecutivo español de dedicar al 2% del PIB de a la Defensa. Una promesa realizada ante Joe Biden, presidente favorito de las empresas armamentísticas, y la OTAN.
La partida destinada a defensa este 2024 es de más de 16.000 millones de euros, un 20% más que hace 5 años y con el objetivo de llegar al 2% del PIB antes señalado. Ese dinero incluye partidas para el Ministerio, organismos autónomos militares y el Centro Nacional de Inteligencia, CNI. Sin embargo y desde hace varios años, según el Centro Delàs de Estudios por la Paz, un centro pacifista de referencia en el análisis sobre presupuestos de defensa, el gasto es mucho mayor y dobla lo indicado.
PERO CONTRA QUIEN NOS REARMAMOS REALMENTE
Varios expertos en temas militares han señalado que es cierto que las nuevas exigencias militares a raíz de la guerra de Rusia han influenciado en esta inversión desmesurada, además también influye las múltiples misiones que las tropas españolas realizan por todo el mundo. Pero algo indica que no todo es así y la obsesión por conseguir lanzamisiles, sistemas de seguridad para los mismos y rearmar la artillería española ha hecho saltar la curiosidad de muchos expertos en temas de seguridad.
Curiosamente facetas donde el ejercito Marroquí ha mejorado de forma considerable gracias a la ayuda de Israel y Estados Unidos. Por ejemplo, este verano el Departamento de Estado ha dado luz verde a la venta de Sistemas de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad (HIMARS) y equipos asociados al gobierno marroquí, con un valor estimado de 524,2 millones de dólares. Algo esencial para la defensa de Marruecos según indicó el Pentágono.
Todo esto se une a las compras que Marruecos ha realizado en la última década. Esas compras abarcan Cazas F-16 modernizados, un arsenal de misiles de última generación, carros de combate Abrahams modificados en Estados Unidos, drones Predator o incluso el satélite ‘espía’ Mohamed VI-A ya pueden encontrarse en sus bases militares.
Algo que ha puesto «la mosca tras la oreja» y ha hecho que las compras españolas centren seriamente en mejorar la artillería, los sistemas antimisiles, los carros de combate españoles, a parte de la capacidad de despliegue de nuestro ejercito. Para contrarrestar los sistemas HIMARS España ha adquirido con tecnología de la israelí Elbit 12 nuevos lanzamisiles. Además, se fabricarán nuevos helicópteros de combate para facilitar el despliegue de tropas en caso de invasión de las ciudades de Ceuta y Melilla.
Todo esto es una muestra de la preocupación del ejecutivo español que vende la supuesta amistad con el Reino de Marruecos, mientras que por otro lado continua rearmando el ejercito español intentando cubrir las mejoras del vecino.
SIN ENFADAR AL VECINO
Todo esto bajo la postura de Sánchez de seguir siendo aliado del reino alauí a pesar de los chantajes en materia de inmigración, el cambio en la postura sobre el Sahara Occidental o no facilitar una visita real a las ciudades de Ceuta y Melilla. Estas últimas reclamadas con más vehemencia desde el acercamiento de Sánchez a los postulados de Mohamed VI.
El camino pedregoso que está recorriendo Robles desde hace tres años en el ministerio se ve acentuado por el nulo apoyo de los compañeros de gobierno al aumento del gasto militar. Separatistas y nacionalistas no ven con buenos ojos las mejoras del ejercito de cara a sus futuros intentos de independencia. A esto se añade el tono pacifista de Sumar que no comparte para nada la cultura de Defensa y su supuesto belicismo. Un entramado que no da ninguna respuesta a la pregunta de ¿contra quien se está rearma el ejercito español?.
