En las terrazas y bares, la imagen de grupo de amigos disfrutando de unas tercios frías es una de las postales más habituales de la temporada estival. Sin embargo, a menudo se ignoran ciertos detalles que pueden arruinar la experiencia de disfrutar de una buena cerveza. Una de las prácticas más comunes, pero que puede traer resultados decepcionantes, es pedir tercios o quintos en lugar de optar por la cerveza de barril.
En un bar, la demanda de cerveza puede ser alta, especialmente en los días más calurosos. Cuando pides una cerveza embotellada, como un tercio o un quinto, es importante considerar el tiempo que esas botellas pasan en el botellero, que, en un ambiente de gran afluencia, se abre y se cierra constantemente. Cada vez que esto ocurre, hay una mayor posibilidad de que la cerveza comience a calentarse, y al ser servida, quizás ya no cumpla con las expectativas de frescura que se busca.
LA VENTAJA DE LA CERVEZA DE BARRIL SOBRE LOS TERCIOS
La cerveza fria de barril, en contraposición a los tercios, es un producto que se mantiene en condiciones controladas, permitiendo que conserve su temperatura ideal por más tiempo. Los grifos están diseñados para proporcionar un flujo continuo y, en muchos casos, el sistema de refrigeración que los acompaña asegura que cada vaso que se sirva esté bien frío.
Además, el proceso de servir desde el grifo minimiza el tiempo de exposición al aire y, por ende, ayuda a mantener la temperatura. Esta es una razón fundamental por la que durante el verano es más recomendable solicitar una cerveza de barril, especialmente si te encuentras en un bar lleno de gente.
LA CERVEZA FRIA EMBOTELLADA PUEDE SER UN INCONVENIENTE
Cada vez que un cliente pide un tercio o un quinto, se abre una botella que puede estar en condiciones no ideales, y si la bebida resulta estar caliente, la queja inevitablemente recae sobre el personal. Esto genera un ciclo fatigante de devoluciones y el consumo de tiempo, que podría haberse utilizado para atender a otros clientes deseosos de disfrutar de una bebida refrescante.
En este contexto, el consejo es claro: para tener la certeza de disfrutar de una cerveza fría y evitar decepciones, es mejor decantarse por la opción de barril, que promete calidad y frescura. Si deseas disfrutar de una cerveza fría , evitar los tercios y quintos es una decisión sensata. La alta rotación en los bares y la apertura frecuente de los botelleros juegan en contra de la calidad de las cervezas embotelladas.
Optar por una cerveza de barril no solo garantiza que tu bebida esté a la temperatura ideal, sino que también contribuye a un servicio más eficiente y satisfactorio. Así que, la próxima vez que te encuentres en un bar, recuerda esta recomendación: pide cerveza de grifo y disfruta de la frescura en cada sorbo.