La economía española ha demostrado una sólida y equilibrada trayectoria de crecimiento durante el segundo trimestre del año. Los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan una expansión del PIB del 0,8% en el periodo de abril a junio, una décima menos que en el trimestre anterior. Sin embargo, este crecimiento trimestral se ha visto acompañado de un avance interanual del 3,1%, la tasa más elevada desde el primer trimestre del año pasado.
Este desempeño económico ha sido impulsado principalmente por el consumo de los hogares, que ha aumentado a un ritmo trimestral del 1%, medio punto por encima del trimestre anterior. Asimismo, la demanda nacional ha aportado 2,4 puntos al crecimiento interanual del PIB, mientras que la demanda externa ha contribuido con siete décimas.
La Fortaleza de la Economía Española
El Ministerio de Economía, Comercio y Empresa ha destacado que los datos conocidos «reflejan la fortaleza y crecimiento equilibrado de la economía española, que día tras día está siendo confirmado por los principales organismos nacionales e internacionales.
Esta solidez económica se ve reflejada en el desempeño de los diferentes sectores. El consumo de los hogares ha experimentado un incremento del 1% en el segundo trimestre, acelerando su crecimiento en cinco décimas respecto al trimestre anterior. Por su parte, el gasto público ha desacelerado su crecimiento cuatro décimas, hasta el 0,7%.
En cuanto a la inversión, esta ha aumentado un 0,4% entre abril y junio, desacelerando en siete décimas su crecimiento respecto al registrado en el primer trimestre del año. Este moderado avance se debe principalmente a la ralentización de la inversión en vivienda, que pasó del 2,9% al 0,5%.
Perspectivas Positivas para la Economía Española
Los datos económicos revelan una economía española sólida y **en *crecimiento*, respaldada por el *consumo de los hogares* y la demanda nacional. Esta trayectoria positiva ha sido reconocida por los principales organismos nacionales e internacionales, quienes confirman la fortaleza y el crecimiento equilibrado de la economía española.
La evolución de los principales indicadores, como el consumo, el gasto público y la inversión, reflejan una situación económica estable y en vías de mejora. Aunque se ha observado una desaceleración en algunos sectores, como la inversión en vivienda, el conjunto de la actividad económica muestra signos de solidez y buen desempeño.
En este contexto, las perspectivas para la economía española son positivas, con un crecimiento sostenido que posiciona al país como una economía robusta y en expansión, capaz de afrontar los retos y aprovechar las oportunidades que se presenten en el escenario económico nacional e internacional.