El disgusto en forma de ausencia en la gran noche de la reina Letizia en el Teatro Real

La reina Letizia, siempre en el centro de atención, llegó al Teatro Real para presidir la inauguración de la temporada operística, un evento que, en otros años, había sido un símbolo de elegancia y esplendor en su agenda. Esta vez, sin embargo, su presencia estaría marcada por un notable disgusto que podía sentirse en el ambiente. El acto, esperado con gran emoción se tornó en un escenario incómodo para ella, dado el contexto de ausencias familiares anteriores.

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La reina Letizia habría tenido que encontrarse con algunos familiar del rey Felipe

La última aparición pública de la reina Letizia, sin embargo, no había sido menos conflictiva. Mientras su esposo, el rey Felipe, asistía a la boda en su lugar, su ausencia había dejado un eco de descontento. La imagen de Felipe con su hermana Cristina había acaparado todos los medios como un símbolo de reconciliación, pero la reina se había mantenido al margen, prefiriendo evitar situaciones incómodas con la familia de su marido. Este patrón de comportamiento no era algo nuevo, ya que Letizia ha sido conocida muchas veces por evitar eventos que involucren a los familiares más cercanos de Felipe, considerando mejor mantenerse al margen de tensiones familiares.

A pesar de las circunstancias, la noche en el Teatro Real fue un momento de reencuentro. La reina Letizia se habría visto obligada a enfrentar la presencia de la familia López-Quesada, quienes habían llegado al evento en un acto de cordialidad. La incomodidad podía tomarse como algo palpable para quienes estaban en aquel lugar, y según afirman muchos, las miradas curiosas del público estaban fijas en cada gesto de la reina, consciente de la carga emocional que llevaba consigo.