Euskal Herria Bildu renovará el próximo 8 de febrero en Pamplona su confianza en Arnaldo Otegui, que se mantendrá como coordinador general de la coalición integrada por Sortu, Eusko Alkartasuna o Alternatiba.
El de Elgoibar no cuenta con críticos en la formación, pero cada vez más voces de la izquierda abertzale le afean su negativa a dejar la política en primera línea. Los éxitos electorales de EH Bildu, según él, le invitan a seguir como factótum de la formación soberanista.
PORMENORES DEL PROCESO
La Mesa Política de EH Bildu dio hace unos días su visto bueno al Reglamento del Proceso Congresual que, tras ser aprobado, será el pistoletazo de salida al tercer proceso congresual de la coalición liderad a por Sortu.
Será con la votación y posterior proclamación de la siguiente Mesa Política de EH Bildu, que se celebrará el 8 de febrero en asamblea en Pamplona, cuando culmine la celebración del tercer Congreso de la fuerza soberanista de izquierdas.
La Mesa Política ha nombrado a dos portavoces para que informen sobre todo lo referido y acontecido durante el proceso congresual que arranca este sábado y culminará el 8 de febrero. El actual responsable de Política Institucional, Unai Urruzuno, y la responsable política de Navarra, Miren Zabaleta, ejercerán de portavoces del Tercer Congreso de EH Bildu.
ESCISIÓN
La formación abertzale Euskal Herriko Kontseilu Socialista (EHKS) disputa espacios de poder a EH Bildu, pero por ahora no compite en los procesos electorales. Este proyecto tiene fuerza en el ámbito juvenil y cultural. GSK son las juventudes de EHKS, que es la organización que ha surgido de una escisión del grupo juvenil ligado a Sortu, Ernai, al diferir del giro socialdemócrata y pacifista liderado por Arnaldo Otegui.
Euskal Herriko Kontseilu Sozialista nació de la suma de 4 grupos, ATA (Amnistia ta Askatasuna), HB (Herritar Batasuna), GKS (Gazte Koordinadora Sozialista) e Ikasle Abertzaleak, muy críticos con EH Bildu. EHKS ha asegurado que no siguen «el modelo de los partidos políticos profesionales», ya que «su deber, como lo ha sido hasta ahora, consistirá en ofrecer herramientas políticas a la clase trabajadora para que cada vez más gente se una a la organización socialista».
Su intención es ponerse en marcha «fuera de los esquemas organizativos y de principios que reproducen los partidos burgueses, de PNV o PSN hasta EH Bildu. No se puede desarrollar una organización independiente bajo la lógica e instituciones de los estados capitalistas, ni desarrollar programas independientes mientras la política se siga pensando sólo en parámetros institucionales y en los límites del capitalismo».
GKS, MUY ALEJADA DE OTEGUI
GKS se creó en 2019 al calor de la mezcla, según ellos, de «la crisis capitalista y el cambio de rumbo de la izquierda abertzale. Es decir, en un proceso en el que la crisis capitalista ha abonado el terreno para la proletarización y donde la izquierda abertzale se ha constituido como partido estatal que defiende prioritariamente los intereses de una parte de la clase media, situándose como punto de apoyo del PNV y del orden institucional».
«La proletarización ha contribuido en la emergencia de la conciencia de clase en ciertos sectores de la sociedad vasca, especialmente en los hijos e hijas del proletariado y de la aristocracia obrera del anterior ciclo político, y ha vuelto a reavivar el interés político sobre la estrategia socialista del proletariado. Este planteamiento no tiene encaje alguno dentro del nuevo paradigma político de la izquierda abertzale, por lo que, el movimiento socialista ha tenido que hacer el camino por su cuenta», añadían.
GKS aseguró que ven «que la estructuración institucional de la izquierda abertzale en Sortu-EH Bildu ha generado un bloqueo político, puesto que ella y todo el universo que le rodea presiona y reacciona sobre la voluntad socialista de construir un movimiento político independiente de clase, mientras que el proceso de proletarización sigue haciendo mella en el conjunto de la clase trabajadora».