La hepatitis C es una enfermedad infecciosa crónica que afecta al hígado, y en algunos casos, puede progresar a cirrosis, una condición que provoca daño hepático irreversible. Comprender los mecanismos que determinan la gravedad de la cirrosis en pacientes con hepatitis C es fundamental para desarrollar estrategias de tratamiento más efectivas.
Recientemente, un estudio llevado a cabo por el Centro Nacional de Microbiología (CNM) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha arrojado luz sobre la influencia del microbioma sanguíneo en la progresión de la enfermedad. El estudio, publicado en la revista ‘Journal of Infection and Public Health’, ha revelado que las personas infectadas con el virus de la hepatitis C (VHC) que presentan una mayor gravedad de cirrosis hepática muestran alteraciones significativas en su microbioma sanguíneo en comparación con aquellos que presentan una cirrosis menos grave.
La disbiosis microbiana sanguínea en pacientes con hepatitis C
La microbiota intestinal, un ecosistema complejo de microorganismos que habitan en el tracto digestivo, juega un papel crucial en la salud humana. La translocación bacteriana, el paso de bacterias y sus productos desde el intestino a la sangre, se ha asociado con la progresión de la enfermedad hepática en pacientes con hepatitis C. Este proceso contribuye a la activación del sistema inmunitario y al aumento de la inflamación, lo que genera alteraciones en el metaboloma de los pacientes infectados por el VHC.
El estudio del CNM-ISCIII se centró en analizar las diferencias en el microbioma sanguíneo entre personas infectadas por el VHC con cirrosis hepática avanzada y aquellas con cirrosis bien compensada. Los investigadores analizaron la diversidad del microbioma sanguíneo y la abundancia relativa de diferentes taxones bacterianos. También estudiaron la correlación entre estos taxones bacterianos y el metaboloma sanguíneo, un conjunto de pequeñas moléculas involucradas en los procesos bioquímicos del organismo.
Los resultados del estudio demostraron que los pacientes con cirrosis hepática más grave presentaron una menor riqueza y diversidad del microbioma sanguíneo en comparación con aquellos con cirrosis bien compensada. Se encontró que la abundancia relativa de grupos bacterianos como ‘Proteobacteria’, ‘Alphaproteobacteria’ y ‘Sphingomonadales’ fue mayor en los pacientes con compromiso funcional significativo. Además, la disbiosis del microbioma sanguíneo se asoció con cambios en los metabolitos relacionados con los procesos de reparación hepática y la fermentación de la microbiota.
El potencial del microbioma sanguíneo para la investigación y el tratamiento de la hepatitis C
Este estudio, el primero en comparar el microbioma circulante de pacientes con hepatitis C en base a diferentes estadios de gravedad de la cirrosis, proporciona información crucial sobre los mecanismos que subyacen al daño hepático. Los hallazgos sugieren que la disbiosis microbiana sanguínea juega un papel importante en la progresión de la enfermedad hepática en pacientes con hepatitis C.
Los resultados abren nuevas vías de investigación que podrían explorar el impacto de la disbiosis microbiana sanguínea en la progresión de la enfermedad y el desarrollo de nuevas estrategias para corregirla. El estudio del microbioma sanguíneo podría ofrecer nuevas herramientas para diagnosticar y tratar la hepatitis C, y para determinar el riesgo individual de desarrollar cirrosis hepática.
Conclusión:
El estudio del CNM-ISCIII destaca la importancia del microbioma sanguíneo en la progresión de la enfermedad hepática en pacientes con hepatitis C. El estudio proporciona información valiosa sobre la disbiosis microbiana sanguínea y su asociación con la gravedad de la cirrosis. Estos hallazgos abren nuevas perspectivas para la investigación y el desarrollo de estrategias terapéuticas más efectivas para el tratamiento de la hepatitis C y la prevención de la progresión de la cirrosis hepática.