La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) advierte sobre la crítica situación que enfrenta el sector del aceite de oliva en España debido a la desigual distribución de las lluvias durante el último fin de semana. Esto ha dejado un déficit hídrico que pone en riesgo más de 300.000 toneladas de la próxima cosecha de olivar.
La campaña 2023/2024 finalizará con la menor cantidad de aceite de enlace de los últimos años, apenas 200.000 toneladas. Esto significa que las bodegas estarán prácticamente vacías hasta que llegue, en diciembre, el grueso de la nueva cosecha. Esta situación crítica resalta la urgente necesidad de implementar un plan estratégico de almacenamiento que permita estabilizar los precios y garantizar el abastecimiento tanto para los consumidores como para los agricultores.
La Importancia de un Stock Estratégico de Aceite de Oliva
Según los datos de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), al cierre de agosto de 2023 había unas existencias de 271.968 toneladas de aceite, 49.216 toneladas menos que el año pasado. De estas, 138.662 toneladas se encontraban en manos de los productores, 131.741 toneladas de los envasadores, y 1.564 en el Patrimonio Comunal Olivarero.
COAG recalca que la norma de almacenamiento, aprobada por el Consejo de Ministros en febrero de 2021, lleva congelada desde hace tres años. Esta norma permitiría al Ministerio de Agricultura, ante situaciones de claro riesgo de desequilibrio de mercado, determinar una retirada temporal de producto de manera obligatoria para todos los operadores del sector hasta la campaña siguiente, e incluso determinar su destino a uso no alimentario.
El Impacto de la Volatilidad de la Producción en el Mercado Oleícola
Las campañas oleícolas de comercialización comienzan el 1 de octubre y finalizan el 30 de septiembre del año siguiente, al igual que el año hidrológico. Sin embargo, la recogida de aceituna y la producción de aceite no se generaliza hasta noviembre o diciembre. Esto genera una situación de producción estacional que se caracteriza por campañas de producciones muy altas alternadas con otras de rendimientos bajos.
Esta volatilidad de la producción se traduce en fluctuaciones acusadas de los precios al alza para los consumidores en épocas de sequía, como la actual. Al mismo tiempo, también genera inestabilidad de precios para los agricultores en campañas de gran producción. Un stock estratégico de aceite almacenado permitiría amortiguar estos efectos, garantizando la estabilidad de precios tanto para consumidores como para productores.
En resumen, la urgente implementación de la norma de almacenamiento se presenta como una solución clave para mitigar los efectos de la volatilidad del sector oleícola en España. Esta medida permitiría regular el mercado, garantizar el abastecimiento y estabilizar los precios a lo largo de las diferentes campañas, beneficiando tanto a los consumidores como a los productores de este valioso y estratégico cultivo.