jueves, 24 abril 2025

Comienza el juicio contra el ex alcalde de Pontecesures por supuesta agresión sexual a su sobrina

La controversia legal en torno al ex alcalde de Pontecesures, Luis Álvarez Angueira, por supuestas agresiones sexuales a su sobrina ha captado la atención nacional. Este caso pone de manifiesto la necesidad de abordar con firmeza los delitos de abuso sexual, especialmente cuando implican a figuras públicas de poder.

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El juicio, que se lleva a cabo en la sede compostelana de la Audiencia Provincial de A Coruña, acusa al ex alcalde de un delito continuado de agresión sexual entre aproximadamente 1996 y 2001, cuando la víctima era menor de edad. La Fiscalía solicita una pena de cárcel de 15 años, así como la prohibición de aproximarse o comunicarse con la víctima durante 10 años y una indemnización de 30.000 euros por daños morales.

La Gravedad de las Acusaciones

Las acusaciones contra el ex alcalde son sumamente graves, ya que implican abuso de poder y confianza al tratarse de una sobrina política. Esto subraya la importancia de que los líderes comunitarios rindan cuentas por sus acciones, especialmente cuando involucran delitos de naturaleza sexual.

La víctima, quien fue además concejala en el municipio de Rianxo (A Coruña), ha dado un paso valiente al denunciar los presuntos abusos sufridos durante su minoría de edad. Este caso resalta la necesidad de brindar un apoyo incondicional a las víctimas de agresión sexual, independientemente de su posición social o política.

Reacción de la Comunidad

Ante el inicio del juicio, algunas mujeres miembros de organizaciones feministas, entre ellas Marcha Mundial das Mulleres, se han concentrado a las puertas del juzgado para mostrarle su apoyo a la víctima y reivindicar que «ni un agresor sexual sin condena social«. Esta muestra de solidaridad es fundamental para visibilizar la lucha contra la violencia de género y exigir justicia.

El caso del ex alcalde de Pontecesures ha generado un intenso debate público sobre la necesidad de erradicar los abusos de poder y garantizar la protección de las víctimas, especialmente cuando provienen de figuras de autoridad. Este juicio representa una oportunidad para enviar un mensaje claro de que nadie está por encima de la ley, y que los delitos de abuso sexual serán perseguidos con la máxima severidad.

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