Cifras preocupantes: casi la mitad de los conductores supera la velocidad permitida, el 30% adelanta en línea continua

La seguridad vial en España se enfrenta a un desafío significativo: los adelantamientos imprudentes en carreteras convencionales. Un reciente estudio realizado por la Fundación Línea Directa en colaboración con la Fundación Española para la Seguridad Vial (FESVIAL) ha arrojado luz sobre esta preocupante situación. El informe, titulado «Los conductores españoles ante el adelantamiento en carretera convencional: accidentalidad y percepción (2013-2022)», revela datos alarmantes sobre el comportamiento de los conductores y las consecuencias de estas maniobras arriesgadas.

La investigación, que analizó todos los accidentes por adelantamientos en vías convencionales de la última década e incluyó una encuesta a 1.700 automovilistas, pone de manifiesto que un 30% de los conductores españoles admite haber adelantado a otro vehículo cruzando una línea continua, mientras que un 49% confiesa haber excedido los límites de velocidad permitidos durante estas maniobras. Estos datos no solo reflejan una preocupante falta de respeto por las normas de tráfico, sino que también subrayan el riesgo potencial al que se exponen tanto los infractores como otros usuarios de la vía.

El impacto de la nueva normativa de adelantamiento

En marzo de 2022, la Dirección General de Tráfico (DGT) implementó una nueva norma que eliminaba el margen de 20 kilómetros por hora adicionales para adelantar en carreteras convencionales. Esta medida, aunque controvertida, ha demostrado ser efectiva en la reducción de la siniestralidad vial. El estudio revela que, en 2022, tras nueve meses de vigencia de la nueva normativa, se logró una disminución significativa en el número de accidentes con víctimas (-6,1%), fallecidos (-8,5%) y heridos graves (-9,6%) en comparación con los datos de 2019, el último año comparable antes de la pandemia.

A pesar de estos resultados positivos, la acogida de la medida entre los conductores ha sido mixta. Solo un 19% se muestra partidario de la norma, mientras que un alarmante 46% admite no cumplirla. Más preocupante aún es que el 54% de los encuestados no cree que esta medida vaya a reducir las cifras de accidentalidad. Esta percepción escéptica contrasta con la evidencia estadística y subraya la necesidad de una mayor concienciación sobre los beneficios de reducir la velocidad en los adelantamientos.

La importancia de esta medida se hace evidente cuando consideramos las palabras de Mar Garre, directora general de la Fundación Línea Directa, quien señala que «en un choque frontal a 100 km/h hay más de un 90% de posibilidades de morir». Esta realidad escalofriante refuerza la urgencia de adoptar prácticas de conducción más seguras, especialmente en maniobras tan arriesgadas como los adelantamientos.

El perfil del conductor accidentado y las circunstancias de los siniestros

El estudio también arroja luz sobre el perfil típico del conductor involucrado en accidentes durante adelantamientos. Se trata principalmente de hombres (82%) entre 30 y 45 años (33%) que conducen turismos (81%). Estos accidentes tienden a ocurrir más frecuentemente durante los fines de semana y en períodos vacacionales, lo que sugiere una posible relación con factores como el estrés o la prisa asociados a estos momentos.

Los tipos de colisiones más comunes en estos accidentes son las frontolaterales (30%), laterales (26%) y frontales (10%). La mayoría de estos siniestros ocurren por la mañana, entre las 7:00 y las 14:00 horas (52%), y se concentran en los viernes y sábados (32%), así como en los meses de julio y agosto (22%). Esta distribución temporal de los accidentes podría estar relacionada con factores como el aumento del tráfico en estos períodos o la fatiga acumulada al final de la semana laboral.

Geográficamente, Baleares, La Rioja y la Región de Murcia registran una proporción de siniestros por adelantamiento en vía convencional superior a la media nacional del 2,5%. En contraste, Cataluña, la Comunidad de Madrid y el País Vasco presentan las tasas más bajas. Esta disparidad regional podría atribuirse a diferencias en la infraestructura vial, la densidad del tráfico o incluso factores culturales relacionados con la conducción.

Soluciones propuestas y reflexiones finales

Frente a esta problemática, los conductores españoles proponen diversas soluciones. Un 26% aboga por aumentar las sanciones, mientras que un 18% sugiere prohibir a los ciclistas circular por vías convencionales cuando no hay un carril específico. Además, un 16% cree que mejorar la señalización podría ayudar a reducir estos accidentes. Estas propuestas reflejan una conciencia creciente sobre la necesidad de abordar el problema desde múltiples ángulos.

Es importante destacar que el adelantamiento se sitúa como la tercera variable con mayor proporción de fallecidos en siniestros viales (4%), solo por detrás del exceso de velocidad (8,4%) y el consumo de alcohol (4,6%). En la última década, casi 600 personas perdieron la vida en accidentes relacionados con adelantamientos, y cerca de 14.000 resultaron heridas. Estas cifras subrayan la urgencia de tomar medidas efectivas para reducir la siniestralidad asociada a estas maniobras.

La reducción de la velocidad en los adelantamientos, aunque inicialmente recibida con escepticismo, ha demostrado ser una medida efectiva para salvar vidas. Sin embargo, el éxito a largo plazo de esta y otras iniciativas de seguridad vial dependerá en gran medida de la capacidad de cambiar la cultura de la conducción en España. Es necesario fomentar una mayor conciencia sobre los riesgos asociados a los adelantamientos imprudentes y promover una actitud más responsable al volante.

En conclusión, los datos presentados en este estudio deben servir como un llamado a la acción para todos los actores involucrados en la seguridad vial: desde los conductores hasta las autoridades, pasando por los fabricantes de vehículos y los responsables de la infraestructura vial. Solo a través de un esfuerzo conjunto y sostenido podremos aspirar a reducir significativamente la siniestralidad en nuestras carreteras y hacer de los adelantamientos una maniobra segura y no un riesgo mortal.