Aunque muchas veces se ha hablado sobre los beneficios de tomarse una cerveza de forma ocasional, la verdad es que el consumo habitual de alcohol puede traer graves consecuencias para la salud. Algunas condiciones médicas relacionadas a esta bebida alcohólica podrían resultar una sorpresa y es que son varias las enfermedades que puede detonar este tipo de consumo.
Lo primero que debemos entender es que, si bien tomar una cerveza de forma ocasional no debería traer consecuencias graves, cuando se trata de un consumo frecuente, nuestros organismos se enfrentan a alteraciones constantes que pueden derivar en daños severos que se traducen en enfermedades crónicas que pueden alterar significativamente la calidad de vida en todos los aspectos.
Estas son las consecuencias de beber cerveza constantemente
Beber cerveza constantemente o cada fin de semana es una acción que está estrechamente relacionado con el daño hepático. El hígado es el órgano encargado de metabolizar el alcohol, por lo que un consumo excesivo y repetido puede provocar una acumulación de grasa en este órgano. A largo plazo esto puede derivar en enfermedades como la esteatosis hepática, la hepatitis alcohólica o la cirrosis, las cuales pueden llegar altamente peligrosas e, incluso, mortales si no son atendidas a tiempo.
Igualmente, el alcohol puede llevar al incremento de presión arterial, esto implica un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares como en los infartos y los accidentes cerebrovasculares. Las alteraciones del sueño son otra consecuencia derivada del consumo de alcohol excesivo, además esto puede estar acompañado de fatiga, irritabilidad u problemas de concentración. Finalmente, tomar cerveza todos los fines de semana también puede estar asociado a un incremento de las posibilidades de desarrollar cáncer de boca, faringe, laringe, esófago, hígado y mama.
Dejar la cerveza puede ser un proceso complicado
Si has decidido dejar la cerveza, es importante entender que puede ser un proceso complejo y difícil. Esto se debe a que puede haber un síndrome de abstinencia marcado, el cual viene acompañado de diversos síntomas como los temblores, la sudoración, ansiedad, insomnio, náuseas, vómitos, confusión y alucinaciones.
En caso de querer aprender a mantener un buen control en el consumo de alcohol, es importante aprender a fijar límites y establecer una cantidad exacta de bebidas para cada ocasión. También es recomendable alternar bebidas alcohólicas con no alcohólicas, evitar tomar con el estómago vacío y buscar alternativas de entretenimiento que no impliquen el consumo de alcohol cada fin de semana.