La presencia de Juan Carlos I en España cada vez es más constante. Para muchos es el ejemplo de que las relaciones entre Felipe VI y su padre están cada vez más normalizadas. La vuelta del Emérito podría darse también en los escaparates de las librerías.
Silvia Taulés, una de las periodistas mejor informadas sobre lo que acontece con la Familia Real, revelaba esta semana en Vanitatis que Juan Carlos I está escribiendo él mismo sus propias memorias.
Según la periodista, el padre de Felipe VI se encuentra enfrascado en la escritura de un texto «centrándose en momentos íntimos destacables y en sus retos deportivos, una de las cuestiones que más echa de menos con la edad y la distancia».
«Su entorno más íntimo es sabedor de la nueva tarea del monarca y además le ayudan en todo lo que les pide para que el proyecto llegue a buen puerto», asegura la periodista en Vanitatis.
Lo cierto es que está decisión del Emérito de ser su propio redactor es reciente. El Emérito lleva tiempo queriendo publicar un libro para explicar a las nuevas generaciones su biografía. Un texto que, sin ser político, sí que refleje los momentos más importantes de su vida. Antes de su tomar la decisión de ser su propio cronista, Juan Carlos de Borbón barajó varias posibilidades.
NO A CARLOS HERRERA
Hace meses se especuló mucho con la posibilidad de que Carlos Herrera fuera el autor de las memorias del que fuera Jefe del Estado durante casi cuatro décadas. En varias ocasiones ha viajado a Abu Dabi a visitar a su amigo. No sólo para hacerle compañía, que también, si no para trabajar juntos en el proyecto. El locutor presentó un borrador del proyecto y no fue del agrado del monarca.
Hasta ahora Herrera ha publicado varios libros recopilatorios de sus programas de radio y en 2005 redactó las memorias de Carmen Sevilla.
El de Herrera. no ha sido el único proyecto. También la periodista francesa Laurence Debray, autora de dos libros sobre el rey, y amiga personal de él ha tenido un proyecto frustrado de ser la biógrafa del libro de Juan Carlos I.
Debray se trasladó a vivir a Emiratos Árabes Unidos junto a su familia una temporada para estar cerca del Emérito. Sin embargo, está asociación no llegó tampoco a buen puerto y, por ello, el rey ha tomado la decisión de ser su propio biógrafo.
EL LIBRO DE VILALLONGA
En 1993 vio la luz un libro sobre Juan Carlos I que fue algo así como su biografía autorizada. Editado por Plaza y Janés, El Rey era un libro de conversaciones con José Luis de Vilallonga en la que repasaba toda su biografía. Desde entonces este libro se utiliza como consulta al ser considerado algo así como las memorias de Juan Carlos I.
La elección del autor generó muchos comentarios en la época. Primero por la personalidad polémica del marqués de Castellbell y, sobre todo, porque en su día fue un aristócrata ‘juanista’, es decir, partidario de don Juan de Borbón, padre de don Juan Carlos y eterno heredero al trono español. De hecho, cuando Juan Carlos fue entronizada, Vilallonga participó en la televisión francesa junto a Santiago Carrillo y una princesa carlista refiriéndose al sucesor de Franco como Juan Carlos ‘el Breve’.
Con los años, Vilallonga y el rey se hicieron muy amigos. José Luis de Vilallonga, fue periodista a nivel internacional, autor de varias novelas y también actor de cine rodando a las órdenes de genios como Federico Fellini, Luis García Berlanga, Blake Edwards o Louis Malle.
En 2004 en su tercer tomo de memorias, La corona, la rosa y el marqués rojo, relató cómo se convirtió en biógrafo del rey: «Mucha gente se piensa que don Juan Carlos me eligió, pero fuimos nosotros. Mi editor y yo teníamos pensando un libro sobre Farah Diba pero ella se negó. Tenía miedo a los Ayatolás y pensamos en don Juan Carlos».
Lo cierto es que por esas fechas don Juan Carlos había dejado dos proyectos ya sin acabar. Uno con el historiador Miguel de Grecia, primo de doña Sofía, y otros con el periodista Baltasar Porcel. Nunca llegaron a buen término. En gran parte por la oposición de Sabino Fernández Campo, entonces Jefe de la Casa del Rey.
Vilallonga llegó con su propuesta y el monarca dijo sí. Ya en la época el historiador Juan Balansó habló de una ‘gaya dama’ como mujer que hizo de intermediaria. El propio Vilallonga da más datos en el citado libro de memorias e identifica a la dama con Marta Gayá, pareja durante años de Juan Carlos I. Gaya, mallorquina, era también muy amiga de Vilallonga y de otros personajes de la jet set balear de entonces con Ramón Mendoza o Miguel Arias.
El libro fue un best-seller que se tradujo a varias lenguas. Así, por ejemplo, la edición rusa contó con un prólogo de Mijahil Gorbachov.
LOS BORBONES HACEN MEMORIA
Contra lo que se suele pensar, los reyes a lo largo de los siglos han gustado mucho de escribir sus memorias. Suelen ser material muy interesante para los historiadores, aunque siempre teniendo en cuenta que los autores son juez y parte.
En el caso de los Borbones muchos han tirado de memoria. Alfonso XIII, ya en el exilio dictó sus memoria a El Caballero Audaz, su esposa Victoria Eugenia a un periodista inglés y don Juan llegó a publicar varios libros propagandísticos en su vida. Ya póstumamente Luis María Anson editó probablemente el mejor (Don Juan, Plaza y Janés, 1994).
También de forma póstuma lo hizo el polémico Alfonso de Borbón-Dampierre. Su hermano Gonzalo, más pragmático, lo hizo previo pago de su importe en una revista del corazón.
Las mujeres han sido más pródigas. A lo largo de la historia reciente varias infantas han puesto sus recuerdo por escrito. Por ejemplo, las hijas de Isabel II, Paz y Eulalia. La hija de Alfonso XIII, Cristina de Borbón lo hizo para ¡Hola!. También lo haría para un semanario rosa, doña María de Borbón-Orleans, madre de Juan Carlos I. Unos recuerdos que luego saldrían al mercado en formato libro.
En 1996 doña Sofía siguió los pasos de su marido y encargo unas memorias en formato conversación a Pilar Urbano que se publicaron en Plaza y Janés bajo el título La Reina. Doce años después, en 2008, reina y escritora repitieron colaboración pero el resultado terminó en polémica. En La Reina muy de cerca (Editorial Planeta), la consorte daba sus opiniones sobre el matrimonio igualitario y la interrupción voluntaria del embarazo y provocó la reacción de Zarzuela que tuvieron que matizar las palabras de la reina.