Pueblos vacíos donde el silencio es un bien de lujo y donde el bullicio de la ciudad queda muy lejos. Elegir pueblos despoblados es la nueva tendencia de los viajeros que necesitan desconectarse del acelerado ritmo del mundo para descansar y disfrutar de la paz.
Aunque la época de vacaciones ya terminó, a sólo pocas horas de Madrid existen enclaves únicos, con pocos habitantes, que son los preferidos para los amantes de la paz y el poco contacto con las grandes urbes.
Turismo rural y de lujo, los pueblos que resisten a la falta de habitantes
Algunos sitios no superan los 20 habitantes por lo que los inversores de la zona encuentran en ellos el lugar ideal para desarrollar grandes emporios hoteleros. Ese es el caso de Abánades, un pueblo en la serranía norte de Guadalajara, muy cerca de los Parques Naturales del Alto Tajo y del Barranco del Río Dulce, que posee una gran casona dispuesta a recibir a los amantes de la soledad.
Se trata del hotel rural Los Anades que sirvió para poder activar el pueblo que tiene apenas 20 habitantes en invierno. Este edificio ofrece una experiencia rural única y tiene servicio de comidas completo en su restaurante El Ánade Real. Además de habitaciones, este lugar también posee apartamentos y dúplex y un spa, que es la verdadera joya del hotel. Este espacio cuenta con un sauna térmica, baño turco, piscina de hidromasaje, jacuzzi y tumbonas calefactadas.
Hoteles de paz: los pueblos ideales para alejarse de la ciudad
Castrojeriz es otro de los pueblos elegidos para disfrutar de un fin de semana de paz en otoño o en cualquier momento del año. Este sitio tiene su atracción máxima que es el Hotel Quinta San Francisco, que recibe a senderistas y a huéspedes de todo el mundo. A tan sólo dos horas en coche de Madrid y Bilbao, este lugar tiene un restaurante con la mejor gastronomía y senderos con árboles de armonía y tranquilidad.
Una de las últimas escapadas obligatorias para realizar en otoño se encuentra en el pueblo de Ávila a una hora de la capital. Este sitio tiene un atractivo ideal para los que gustan del turismo medieval y el castillo Palacio de Sofraga es su máximo exponente. Este lugar se preparó como hotel entre 2015 y 2020 con 27 habitaciones con vistas o a la muralla, o la catedral, a la basílica de San Vicente. Un lugar perfecto para descansar y disfrutar de una buena gastronomía.