En el último tiempo, las freidoras de aire han ganado un gran terreno como una opción para cocinar de forma más saludable, sustituyendo a las sartenes convencionales. Cabe destacar que las redes sociales han ayudado a fomentar su uso con perfiles que publican recetas saludables que señalan la versatilidad de las freidoras de aire y su gran capacidad para obtener resultados similares a la fritura tradicional.
El gran beneficio de las freidoras de aire frente a otros electrodomésticos es que su método de cocción es saludable, además de la rapidez en alcanzar la temperatura ideal en comparación con el horno tradicional, y la facilidad de limpieza debido a que sus piezas son desmontables y lavables. Otra gran característica es su habilidad para funcionar de forma autónoma, debido a que se puede programar durante un tiempo determinado. Pero no todo es positivo y en este artículo te mostraremos qué lado negativo ocultan estos equipos.
El lado negativo de las freidoras de aire
Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) afirman que, en comparación con las freidoras convencionales, las freidoras de aire tienden a gastar más energía. Se estima que una freidora de aire tiene un consumo de energía de alrededor de 390 Wh por hora al freír medio kilo de patatas, lo que significa un 25% más de energía en comparación con las freidoras tradicionales.
A esto hay que agregarle que, debido a su tecnología de cocción basado en la circulación de aire caliente, el tiempo promedio de cocinado en una freidora de aire alcanza los 17 minutos, en comparación con los 11 minutos que puede llevar cocinar en aceite. Además, el sistema de ventilación del aire en las freidoras de aire puede causar más ruido a diferencia de las freidoras tradicionales, lo que puede resultar verdaderamente molesto durante su uso.
el tiempo promedio de cocinado en una freidora de aire alcanza los 17 minutos.
El peligro de las acrilamidas
La acrilamida, una sustancia que se crea de forma natural en algunos alimentos, específicamente aquellos que contienen almidón como las patatas y los cereales, donde se genera durante la cocción a altas temperaturas. Esta sustancia, además de tener propiedades potencialmente cancerígenas, también puede tener un impacto negativo en la salud neurológica y reproductiva. Así que debes prestar especial atención a este elemento.
Para reducir la exposición a la acrilamida, se recomienda cocinar los alimentos a temperaturas más bajas y por períodos de tiempo más breves. En este contexto, se sugiere seguir las instrucciones del fabricante al freír alimentos en la freidora de aire y, sobre todo, evitar cocinar en exceso o a temperaturas significativamente altas. Siguiendo estos consejos claves podrás protegerte de esta sustancia peligrosa.
