El Teatro Real de Madrid se prepara para un acontecimiento cultural de gran envergadura. El próximo 23 de septiembre, los Reyes de España presidirán la inauguración de la nueva temporada lírica con la representación de ‘Adriana Lecouvreur’, una ópera de Francesco Cilea que, sorprendentemente, nunca antes se había puesto en escena en este prestigioso colisario. Esta pieza, inspirada en la vida de la legendaria actriz de la Comédie-Française, se erige como un homenaje al mundo del teatro y promete ser un espectáculo de primer nivel.
La elección de ‘Adriana Lecouvreur’ para abrir la temporada no es casual. Esta ópera, ambientada en el París de la Ilustración, narra la vida de una figura histórica fascinante: una actriz idolatrada por el público y defendida por intelectuales de la talla de Voltaire. El libreto, basado en una obra teatral de Eugène Scribe y Gabriel Legouvé, explora temas universales como la fama, el amor y la intriga, centrándose en la relación de Lecouvreur con el mariscal Mauricio de Sajonia y su misteriosa muerte a la temprana edad de 38 años.
Un elenco estelar para una producción de lujo
La producción de ‘Adriana Lecouvreur’ que se presentará en el Teatro Real cuenta con un elenco de primer nivel internacional. Bajo la dirección musical del maestro Nicola Luisotti, reconocido por su experiencia en el repertorio italiano, las sopranos Ermonela Jaho y Maria Agresta se alternarán en el papel titular. Junto a ellas, destacan las participaciones de la mezzosoprano Elina Garanca, el tenor Brian Jagde y el barítono Nicola Alaimo, formando un conjunto vocal de excepción.
La dirección escénica corre a cargo de Justin Way, quien fue asistente de David McVicar durante la creación del montaje original en el Royal Opera House de Londres. Way, que dirigirá esta producción por décima vez, aporta una visión profunda y consolidada de la obra. La escenografía, diseñada por Charles Edwards, se caracteriza por ser conceptual y alejada del realismo, creando un contraste interesante con el vestuario dieciochesco diseñado por Brigitte Reiffenstuel.
Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real, ha destacado la importancia de mantener la autenticidad del vestuario de época, señalando que la modernidad de una ópera no depende de elementos superficiales como la vestimenta, sino de la verdad que transmite la interpretación y la puesta en escena.
Un retrato de dos mundos en conflicto
‘Adriana Lecouvreur’ no solo es una historia de amor y celos, sino también un retrato crítico de la sociedad del siglo XVIII. La ópera explora el choque entre dos mundos: el de los sirvientes y el de la aristocracia. Charles Edwards, responsable de la escenografía, ha señalado cómo el intento de Adriana por integrarse en la alta sociedad marca el inicio de su declive, ilustrando las rígidas barreras sociales de la época.
El coro del Teatro Real juega un papel fundamental en esta producción, representando a la aristocracia como una clase social «alta y corrupta», según las palabras del director del coro, José Luis Basso. Esta representación pone de manifiesto las tensiones sociales y las consecuencias que puede acarrear el desafío a las convenciones establecidas.
La soprano Ermonela Jaho, una de las intérpretes del papel titular, ha compartido sus reflexiones sobre el reto que supone encarnar a una artista real en escena. Para Jaho, la clave está en conectar con el público a través del «lenguaje del alma», buscando una interpretación que trascienda lo meramente técnico para llegar a la esencia emocional del personaje.
Un homenaje a la tradición operística española
La producción de ‘Adriana Lecouvreur’ en el Teatro Real no solo marca el inicio de una nueva temporada, sino que también sirve como homenaje a una figura legendaria de la ópera española. Las funciones están dedicadas a José Carreras, conmemorando el 50º aniversario de su interpretación del papel de Maurizio en esta misma ópera en Madrid, junto a la inolvidable Montserrat Caballé.
Este gesto no solo honra la carrera de Carreras, sino que también establece un puente entre el pasado glorioso de la ópera española y su vibrante presente. La dedicatoria subraya la continuidad de una tradición lírica de excelencia en España, recordando a las nuevas generaciones de aficionados y artistas la rica historia operística del país.
La elección de ‘Adriana Lecouvreur’ para abrir la temporada también refleja el compromiso del Teatro Real con la diversidad del repertorio operístico. Aunque es una obra popular en otros escenarios internacionales, su estreno en el Real demuestra la voluntad de la institución de expandir su oferta artística, presentando al público madrileño obras de calidad que, por diversas razones, no habían formado parte de su programación habitual.
En conclusión, la inauguración de la temporada del Teatro Real con ‘Adriana Lecouvreur’ promete ser un evento cultural de primer orden. La combinación de una obra fascinante, un elenco de estrellas internacionales, una producción visualmente impactante y la presencia de los Reyes de España augura una noche memorable que marcará el tono para toda la temporada lírica en Madrid.