La conservación de especies en peligro de extinción es una tarea crucial que requiere la colaboración entre entidades públicas y privadas. En este contexto, la Junta de Andalucía, en conjunto con empresas como Ence Energía y Celulosa, está llevando a cabo iniciativas importantes para la protección del águila imperial, una especie emblemática de la región. Una de estas acciones es la suelta de perdices silvestres en áreas estratégicas, como el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
Esta práctica no solo busca aumentar la población de perdices, sino que también tiene un impacto directo en la cadena alimenticia del águila imperial. La disminución del conejo de monte en décadas pasadas ha obligado a esta rapaz a diversificar su dieta, convirtiendo a la perdiz en una presa importante. Así, la liberación de estos ejemplares forma parte de un plan más amplio de recuperación del águila imperial, demostrando cómo la gestión de ecosistemas requiere un enfoque holístico y colaborativo.
Colaboración público-privada para la conservación
La suelta de 300 perdices silvestres en la finca ‘El Calamón’, propiedad de Ence Energía y Celulosa, es un ejemplo destacado de colaboración entre el sector público y privado en materia de conservación. Pedro Yórquez, delegado de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta en Huelva, ha resaltado la importancia de esta iniciativa para la conservación del águila imperial, una especie en peligro de extinción.
El convenio firmado entre Ence Energía y Celulosa y la Fundación Monte Mediterráneo con la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente es una muestra del compromiso conjunto para mejorar la biodiversidad en las zonas de campeo de las parejas de águilas imperiales. Esta colaboración no solo beneficia a las especies protegidas, sino que también demuestra cómo las empresas pueden integrar la conservación en sus operaciones.
La liberación de las perdices se realiza siguiendo criterios técnicos rigurosos. Estos ejemplares tienen la capacidad de desplazarse hasta cuatro kilómetros desde el punto de liberación e integrarse en los bandos de perdices locales. Este proceso no solo aumenta la población de perdices en la zona, sino que también contribuye a la diversidad genética de la especie, un factor crucial para su supervivencia a largo plazo.
Impacto en el ecosistema y la cadena alimenticia
La introducción de perdices silvestres en el hábitat del águila imperial tiene un efecto significativo en el equilibrio del ecosistema. La disminución del conejo de monte a finales de los años 80 debido a enfermedades como la hemorrágica vírica (EHV) afectó negativamente a la productividad de los territorios tradicionales del águila imperial. Como respuesta, estas aves han tenido que adaptar su dieta, incluyendo una mayor variedad de presas.
Las perdices, junto con otras especies como córvidos, carroña, reptiles y palomas, se han convertido en parte fundamental de la base trófica para diversos depredadores en el Parque Natural. Esta diversificación de la dieta del águila imperial es crucial para su supervivencia en un entorno cambiante. La liberación de perdices, por lo tanto, no solo beneficia directamente a esta especie, sino que también fortalece toda la cadena alimenticia del ecosistema.
El Plan de Recuperación del Águila Imperial fomenta activamente el aumento de las poblaciones de perdiz en fincas donde esta rapaz puede nidificar. Este enfoque busca incrementar la productividad de estos territorios, mejorando las posibilidades de supervivencia y reproducción del águila imperial. La colaboración entre fincas privadas y la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul es fundamental para el éxito de estas iniciativas.
Estaciones de referencia y conservación a largo plazo
La Red Andaluza de Estaciones de Referencia, establecida en 2006, juega un papel crucial en la conservación de la fauna cinegética andaluza. Estas instalaciones no solo funcionan como centros de conservación y cría, sino que también son fundamentales para la investigación y el desarrollo de conocimientos sobre la reproducción y cría en cautividad de especies autóctonas.
La Estación de Referencia de la Perdiz, ubicada en Lugar Nuevo de Andújar (Jaén), es un ejemplo destacado de estas instalaciones. Su labor va más allá de la simple cría de perdices; coordina esfuerzos de conservación, proporciona ejemplares con garantías genético-sanitarias a granjas cinegéticas y cotos conveniados, y gestiona la recolección de huevos en el campo para mantener la variabilidad genética de la especie.
Este enfoque integral en la gestión de la perdiz roja no solo beneficia a la especie en sí, sino que también tiene un impacto positivo en todo el ecosistema. Al mantener poblaciones saludables y genéticamente diversas de perdices, se asegura una fuente de alimento estable para depredadores como el águila imperial. Además, la información recopilada sobre la biología reproductiva de la perdiz es invaluable para futuros esfuerzos de conservación y manejo de la especie en su hábitat natural.