En 2013 la Justicia determinó que dos de las mujeres más ricas de España, Esther y Alicia Koplowitz, tenían un nuevo hermano: Carlos. El pequeño de la saga nació de una relación extramatrimonial del empresario Ernesto Koplowitz con una mujer venezolana llamada Albertina Rangel. Carlos tenía diez meses cuando falleció el fundador de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) en mayo de 1962 víctima de un accidente de caballo.
Una década después Carlos Koplowitz sigue reclamando lo que considera suyo legítimamente, parte de la herencia del empresario judío alemán que se instaló en la España de la posguerra huyendo del nazismo.
Carlos, de 63 años, vive en Suiza pero ha abandonado el país helvético para realizar una serie de actos reivindicativos en Madrid. El primero ha sido el día 9 de septiembre frente al Congreso de los Diputados.
No será el último acto. Cada jornada reivindicará en un lugar hasta el día 13. Hasta entonces, además de frente a la Cámara Baja, se manifestará frente a la sede del Defensor del Pueblo («no muy lejos de donde vive Alicia», asegura a Moncloa), el hotel NH cercano a la residencia de Esther Koplowitz, la sede de FCC y, por último, frente al Palacio Real.
Moncloa ha charlado con Carlos Koplowitz sobre sus intenciones con estos actos. «Me manifiesto por las madres solteras no reconocidas y por los hijos no reconocidos. Quiero que mi caso mediático sirva para que se sepan que hay muchas historias así», afirma Carlos Koplowitz. Más allá de estas afirmaciones, Carlos exige lo que considera que es su derecho como hijo legítimo del fallecido Ernesto Koplowtiz.
«En 1962, cuando falleció mi padre su fortuna estaba tasada en 40 millones de dólares. Legítimamente me corresponde una quinta parte de un tercio, es decir 2’5 millones de 1962», explica a este medio Carlos.
«No les pido nada suyo. Lo que ellas tienen se lo han ganado con sus empresas y su trabajo y se lo merecen, pero sí pido lo de mi padre. No hablo de cantidades importantes, pero sí de algo que me permita vivir dignamente», puntualiza.
Carlos reconoce que vive en Suiza en una situación de «precariedad importante». Asegura que, tras una trayectoria dedicada a los Recursos Humanos, vive en el país helvético de «dar clases de tenis».
RELACIÓN FRATERNAL
«Ellas me han ayudado de forma puntual», afirma sobre las que son sus hermanas reconocidas legalmente, Esther y Alicia Koplowitz. Su relación con la empresarias, según su propio testimonio, fue muy cercana durante años. Él la califica como de «fraternal».
«Nos hemos tratado como hermanos desde el primer contacto que tuvimos en 1992. Ese año, tras hacerme unas pruebas de ADN con mi hermano y mi madre les comunico que hay muchas posibilidades de que seamos hermanos y ellas lo asumen bien. Tuvimos muchos encuentros hasta el año 2000. Siempre me sentí bien tratado por mis hermanas», recuerda.
En el año 2000 la relación de Carlos con las empresarias se quebró coincidiendo con la decisión de este de que su estatus de hijo fuera reconocido de forma legal. En ese momento se cortó la relación. Su demanda de paternidad fue archivada en 2008, pero en 2011 volvió a intentarlo. Esta vez la Justicia sí atendió sus reclamaciones y dos años después, era declarado legalmente hijo de Ernesto Koplowitz. A parte de las pruebas de ADN, para las que se exhumó el cuerpo del empresario, que no dejaron lugar a dudas, Carlos aportó correspondencia entre el empresario y su madre. Unos textos que arrojaron a la luz la relación de cuatro años que mantuvieron Ernesto Koplowitz y Albertina Rangel con encuentros en ciudades como Miami, Caracas o Nueva York.
Carlos pasó a ser el quinto hijo del famoso empresario. Se sumaba así a Alicia y Esther, hijas de matrimonio entre Ernesto Koplowitz y Esther Romero de Joseu, marquesa del Santo Socorro, y Ernesto e Isabel nacidos de la relación extramatrimonial con Isabel Amores.
«Cortaron la relación porque para ellas era doloroso que esto se hiciera público. Era reconocer que nuestro padre tenía relaciones con varias mujeres, más allá de con la madre de ellas», confiesa. «Es una historia triste y difícil, pero merezco luchar por ella», concluye.
LA SITUACIÓN LEGAL
¿Cuáles son las posibilidades de que, legalmente, se cumplan los deseos de Carlos Koplowitz? Lo cierto es que la Justicia actualmente, aunque es reconocido como hijo del empresario fallecido, no contempla sus reclamaciones a nivel de herencia. El 2023 su petición fue desestimada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo.
Carlos ha puesto el asunto en manos del mediático abogado Fernando Osuna con el que también ha hablado Moncloa para saber en qué punto está el proceso.
«Hemos recurrido a la ONU porque es una vulneración de los Derechos Humanos. Lo que alega la Justicia para no acceder a las reclamaciones es que el fallecimiento se produjo en 1962, por lo que sus derechos como heredero no están vigentes en la Constitución, ya que no fue promulgada hasta 1978», asegura el letrado conocido por llevar a tribunales paternidades no reconocidas como la de Julio Iglesias o Samuel Etóo.
Por el momento, Carlos pasará estos días en España intentando que su historia vuelva a captar la atención de la opinión pública.