El juzgado mantiene el homicidio como causa de la muerte de Déborah a pesar de la petición de su ex novio

El juzgado de instrucción número 2 de Tui (Pontevedra) ha rechazado la petición del ex novio de Déborah Fernández-Cervera, único investigado por su desaparición y muerte hace 22 años en Vigo. El juzgado deniega la petición del ex novio para que declarase la muerte de la joven viguesa como «indeterminada» y mantiene que se trató de un homicidio, aunque el procedimiento ya se archivó el pasado mes de junio por falta de indicios sólidos contra él ni contra nadie.

El auto fue dictado el pasado mes de julio y lo ha confirmado la familia de la chica a través de redes sociales, que ha calificado el intento del ex novio, Pablo P.S.L., de «artimaña» para tratar de «limpiar la propia imagen». La jueza acordó el sobreseimiento y archivo provisional del procedimiento en el que se investigaba la desaparición y muerte de Déborah Fernández Cervera, en abril de 2002, al no haber indicios suficientes contra el único investigado en la causa.

La jueza exponía que el acervo probatorio recabado contra el único investigado «no es suficiente para hacer una imputación verosímil de un hecho delictivo concreto», y «no constan indicios plurales y contundentes» para dicha imputación.

En la resolución judicial apuntaba que «ni los testimonios recabados, ni la práctica de la exhumación del cuerpo de la víctima, ni la inspección de un arcón congelador propiedad en su día del investigado», arrojaron «ningún resultado positivo para la investigación», como tampoco lo hizo el análisis del móvil utilizado por la víctima que fue encontrado en dependencias policiales y que apareció casualmente con motivo de unas obras, 16 años después de haber sido entregado por la familia y sin tarjeta SIM.

A ello se unió el resultado de las últimas pruebas de ADN, que confirmó que los restos de semen hallados en la vagina de la chica, así como en un pañuelo y un preservativo depositados al lado de su cuerpo, y un pelo que fue recogido en el levantamiento del cadáver, no se corresponden con la muestra recogida a Pablo, el ex novio de la víctima.

Déborah Fernández-Cervera, de 21 años de edad, desapareció tras salir de su casa de Vigo el 30 de abril de 2002 para hacer deporte. Su cadáver fue localizado diez días después en una cuneta de O Rosal (Pontevedra), a 40 kilómetros de su domicilio, desnudo, lavado y rodeado de pistas falsas.

La investigación policial y judicial fue un cúmulo de «chapuzas» según la familia, con decisiones «incomprensibles», como que se tardase años en investigar el teléfono de la chica o su ordenador, en inspeccionar el coche de su ex novio, o que no se indagase por qué en el listado de llamadas del teléfono de la chica aparecen casi una treintena de huecos en blanco.

INFORME SOBRE LA MUERTE DE DÉBORAH

A pesar de un contundente informe policial de 2010, elaborado tras un cambio en el equipo de investigación, que apuntaba al ex novio de Déborah Fernández, ese mismo año el juzgado archivó el procedimiento. La investigación fue reabierta a finales de 2019 y en febrero de 2022, por primera en casi 20 años, se citó como investigada a una persona, su ex novio, Pablo P.S.L., que compareció en el juzgado de Tui en marzo y proclamó su inocencia.

Tras conocer la decisión judicial, Rosa, hermana de Déborah, se pregunta en sus redes sociales: «¿Por qué se insiste en oscurecer la verdad sobre la muerte de Deborah? ¿Acaso no se considera que fue asesinada, a pesar de las circunstancias? ¿Qué motiva a alguien que decía quererla tanto a actuar de esta manera?»

«QUIZÁS SE PENSÓ QUE SERÍA FÁCIL SALIR IMPUNE», PREGUNTA LA HERMANA DE DéBORAH

Y añade que «tal vez, lo único que importa es limpiar la propia imagen. ¿Es el miedo a que algún día se sepa toda la verdad? Quizás se pensó que, ante la falta de pruebas claras, sería fácil salir impune. Sin embargo, no se dudó en atacar a la familia política, intentando desviar la atención hacia terceros que nada tenían que ver con el caso. Quizás esta artimaña era la única esperanza para convencer a los demás de una supuesta inocencia. ¡Qué lástima que no resultó! Pero es importante recordar que el hecho de no haber sido llevado a juicio no significa que no existan indicios suficientes. De lo contrario, no existirían dos informes policiales que señalan directa y exclusivamente a una persona».

Rosa Fernández también se refiere a un documental que todavía no se ha emitido: «Las acciones hablan por sí solas. En la única entrevista concedida, se menciona la prescripción del caso, y el último intento de defensa es muy revelador. Espero con interés ver el documental, para que todos puedan observar cómo ciertos comportamientos retratan a una persona. Ya no se podrá culpar a nadie más de la situación en la que se encuentra, porque todo es resultado de decisiones propias».