Regresa a prisión el preso que agredió a su expareja y amenazó de muerte a su excuñado en Avión

La violencia de género es un problema social que afecta a miles de personas en todo el mundo. En España, la lucha contra esta lacra es una prioridad para las autoridades, y se están implementando medidas para proteger a las víctimas y perseguir a los agresores. En este contexto, un reciente caso en Ourense pone de manifiesto la complejidad de la situación y la necesidad de una respuesta firme y contundente.

El pasado martes, un hombre de 54 años, residente en Avión, fue detenido por la Guardia Civil tras agredir a su expareja y amenazar de muerte a su excuñado. El detenido, interno de tercer grado del centro penitenciario de Pereiro de Aguiar, se encontraba de permiso de fin de semana cuando decidió ir a la casa de su expareja, donde ésta se encontraba con su novio.

Un hombre con antecedentes y un acto de violencia brutal

En un acto de violencia desmedida, el hombre agredió a su expareja, se apoderó de 450 euros, roció el vehículo de su excuñado con gasolina y lo amenazó de muerte. Posteriormente, huyó por el tejado al observar la presencia de la Guardia Civil. La colaboración ciudadana fue clave para la captura del agresor, que fue encontrado en un monte próximo a Avión.

Tras ser detenido, el hombre fue trasladado a los calabozos del juzgado de Ribadavia. La jueza del Juzgado de Instrucción Número 1 decretó su puesta en libertad, pero la fiscal no solicitó su ingreso en prisión por los hechos. Sin embargo, el hombre fue trasladado a la prisión para cumplir la pena que ya tenía impuesta.

Protección a la víctima y medidas para prevenir la violencia de género

A pesar de la puesta en libertad, el individuo quedó investigado por un delito de violencia de género, lesiones, hurto y daños, y se le impuso la prohibición de aproximarse y comunicarse con la víctima, su hijo y el hermano de la exmujer. Esta medida busca proteger a la víctima y evitar que el agresor pueda volver a cometer un acto de violencia en su contra.

Este caso pone de manifiesto la importancia de la prevención y la detección temprana de la violencia de género. Las autoridades deben redoblar los esfuerzos para sensibilizar a la población sobre esta problemática, proporcionar apoyo a las víctimas y garantizar la seguridad de quienes sufren este tipo de violencia.

La justicia debe ser implacable con los agresores, y las penas deben ser proporcionales a la gravedad de los delitos cometidos. La sociedad en su conjunto debe trabajar para construir un entorno más seguro y respetuoso para las mujeres, y erradicar la violencia de género de una vez por todas.