La pequeña localidad de Palomares, en la provincia de Almería, se ha convertido en el epicentro de una batalla legal que enfrenta a los defensores del medio ambiente contra las autoridades gubernamentales. Tras más de seis décadas de inacción, la organización Ecologistas en Acción ha recurrido a los tribunales con el objetivo de obligar al Ministerio de Transición Ecológica a poner en marcha el plan de rehabilitación de los suelos contaminados con americio y plutonio.
Esta determinación de la organización conservacionista surge ante la evidencia de que la situación en Palomares sigue siendo la misma desde que en 1966 cuatro bombas termonucleares estadounidenses cayeran accidentalmente sobre la pedanía, contaminando el terreno con material radiactivo. A pesar de los años transcurridos, los sucesivos gobiernos han sido incapaces de encontrar una solución duradera para este problema ambiental.
UNA DEMANDA HISTÓRICA POR LA INACCIÓN GUBERNAMENTAL
La Audiencia Nacional ha admitido a trámite el recurso presentado por Ecologistas en Acción, que busca poner fin a la inacción del Ministerio de Transición Ecológica en relación con la limpieza de los suelos contaminados. La organización ecologista considera que el Gobierno ha incumplido su responsabilidad de ejecutar el plan de rehabilitación de la zona, dejando a los habitantes de Palomares expuestos a los riesgos de la radiactividad.
En este sentido, el tribunal ha ordenado al Ministerio que remita el expediente administrativo sobre la limpieza de los suelos contaminados, lo que permitirá determinar si el Miteco debe fijar un plazo para llevar a cabo las acciones necesarias. Cabe destacar que esta no es la primera vez que Ecologistas en Acción acude a la justicia en busca de una solución, pues en 2019 la Audiencia Nacional ya sentenció que el Consejo de Seguridad Nuclear no tenía competencias para ejecutar las demandas de la organización.
LA BÚSQUEDA DE JUSTICIA EN ESTRASBURGO
Paralelamente a la batalla legal en España, Ecologistas en Acción ha presentado una demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) en Estrasburgo. La organización acusa a las autoridades españolas de haber sometido a los habitantes de Palomares a «experimentos científicos sin su consentimiento» y de haber permitido la inhalación e ingestión de partículas radiactivas, lo que califica como «trato degradante».
La demanda ante el TEDH busca que el tribunal reconozca la gravedad de la situación en Palomares y revoque la sentencia de la Audiencia Nacional que consideró que el Consejo de Seguridad Nuclear no era el organismo competente para llevar a cabo la limpieza de la radiactividad en la zona. Ecologistas en Acción espera que el TEDH intervenga para obligar a las autoridades españolas a encontrar una solución definitiva al problema de la contaminación radiactiva en Palomares.
UN RECLAMO HISTÓRICO POR LA JUSTICIA AMBIENTAL
La batalla legal emprendida por Ecologistas en Acción es un reflejo del clamor de la población de Palomares por una solución a un problema que lleva décadas sin resolverse. Los habitantes de esta pedanía han sido testigos de cómo los sucesivos gobiernos han ignorado su situación, dejándolos expuestos a los peligros de la radiactividad.
La organización ecologista ha denunciado que la contaminación radiactiva en Palomares es un «caso único en la historia de España» que aún está pendiente de resolver, y que ningún gobierno español ha adoptado medida paliativa alguna más allá del vallado de gran parte de la zona afectada, que se completó en 2011. Sin embargo, siguen existiendo terrenos contaminados fuera del vallado, por donde transitan personas y ganado libremente.
Esta lucha por la justicia ambiental en Palomares representa un desafío fundamental para las autoridades españolas, que deben asumir su responsabilidad de proteger a los ciudadanos y el medio ambiente de los efectos a largo plazo de la contaminación radiactiva. La resolución de este caso histórico será crucial para establecer un precedente en la defensa de los derechos de las comunidades afectadas por desastres ambientales.
