Ábalos estrena etapa vital tras ‘romper’ con el PSOE

La auditoría encargada y aireada por Óscar Puente sobre el ‘caso Koldo’ evidenció que José Luis Ábalos duplicó un millonario encargo de mascarillas en unos pocos minutos, lo cual intenta rematar la reputación del exministro de Transportes en algunos ámbitos.

Pese a la información, Ábalos no se da por vencido y simplemente ha cambiado de estrategia para advertir a través de 2 medios poco proclives a La Moncloa que, por un lado, no se plegará al dictamen del PSOE a la hora de votar en el Congreso de los Diputados, y por el otro, que podría ‘tirar de la manta’.

«Desde ahora votaré en conciencia, ya no seré seguidista del PSOE», le ha contado a El Español. Y «Estáis demasiado confiados en mi lealtad», le dijo el mes pasado al secretario de Organización socialista Santos Cerdán, tal y como le ha filtrado a El Mundo.

Su sintonía con todos los medios a antisanchistas no es óptima, en especial por su guerra contra The Objective. Este digital se relanzó hace 2 años con una información sobre algunos aspectos privados del exministro y en los próximos días podría publicar nuevos reportajes sobre el asunto.

Por lo pronto, Ábalos se ha puesto la venda antes de producirse la herida tras saber que una periodista había intentado contactar con una de sus últimas parejas sentimentales. «No es la primera vez que utiliza esta violencia periodística para pedir un encuentro en el que usar supuestas ‘confidencialidades’ con las que entrometerse en mis relaciones personales», asegura.

ÁBALOS SE SIENTE SOLO

La antigua mano derecha de Pedro Sánchez ha contado este verano que se siente «solo»: «He pasado de ser parte de un partido enorme en el que, por cierto, he tenido máximas responsabilidades a verme en el grupo mixto sin un amparo o una referencia orgánica. Políticamente, existe una soledad, sin duda. Ahora, desde el punto de vista del apoyo de la gente, estoy en mi mejor momento. Cada vez que salgo del Congreso y cruzo la plaza me rodean para darme ánimos, tengo muchísimos voluntarios para trabajar conmigo… La gente me manifiesta un aprecio por la calle que me emociona», explicó.

Ábalos asegura que no tira la toalla porque cuenta con una «trayectoria política de mucha independencia, lo cual no es fácil, y políticamente se me ha dado por acabado tantas veces que ya ni me inmuto. Y siempre he vuelto. Me puedo remontar a los 80 y a los 90 y cíclicamente decían que Ábalos estaba acabado. Recuerdo claramente que cuando apuesto por la candidatura de Pedro Sánchez y coordino su campaña en mi Federación me dan por acabado».

Abalos Moncloa
José Luis Ábalos.

Sobre la decisión de Sánchez de apartarlo de su lado, contó que lleva en política «casi 50 años, relativizo mucho esto de las traiciones y las fidelidades. Si hubiera tenido sentimientos de esa naturaleza, no hubiera aguantado tanto tiempo. Soy un hombre de orden y de Estado, de hecho siempre fui en el PSOE quien mantuvo abierta la línea con el PP, no conozco el resentimiento y entiendo siempre las razones de las cosas. La política exige sacrificios y a veces ese sacrificio eres tú».

LA AUDITORÍA QUE LE REMATA POLÍTICAMENTE

Ábalos sabe que la auditoría encargada por Puente remata cualquier posibilidad de revertir su caída en el PSOE. «Sobre la investigación del Ministerio de Transportes por encargo de su actual titular, resulta del todo sorprendente y excepcional que se utilice una estructura ministerial para abrir una investigación administrativa interna en paralelo con el mismo objeto que una instrucción penal en proceso de investigación, sin que haya sido solicitada por el juez instructor del ‘caso Delorme’ ni tampoco comunicada a dicho juez, porque esto está prohibido», escribió en X.

«Todo tiene que funcionar en base a la tutela judicial efectiva y respetando los derechos fundamentales de defensa de las personas interrogadas, con asistencia letrada si es el caso, puesto que algunas de ellas están siendo investigadas en el procedimiento judicial por los mismos hechos. Más que una auditoría parece un ‘Tribunal de Honor o de Excepción’, algo prohibido por la Constitución. Una cosa es colaborar con la Justicia y otra suplantarla», añade.

Ábalos dice que no cuestiona «que el ministro pueda ordenar una auditoría interna para conocer cómo se han gestionado unos expedientes, pero lo que no se puede hacer es cuestionar por órganos administrativos la legitimidad de las decisiones políticas tomadas en 2020 y 2021 puesto que el órgano auditor desconoce las decisiones en aquel momento del Consejo de Seguridad Nacional para la gestión de la emergencia por la pandemia de COVID 19».

Y opina que en esta auditoría «se produce una especie de intrusismo administrativo en la fiscalización del Tribunal de Cuentas y llama la atención que incurran en funciones propias de dicho Tribunal sin tener las competencias para ello ya que valora de facto los contratos que ya han sido fiscalizados previamente por el mismo, hace una nueva inspección y valoración de lo ya sentenciado, y enmienda el informe del Tribunal de Cuentas que es el máximo órgano competente en la fiscalización de las cuentas del sector público, el cual no había visto ninguna irregularidad ni formal ni contractual».