El PSOE y el Gobierno tildaron de «bulo del PP» la polémica carta enviada desde las mutuas a los autónomos para exigirles la devolución de las ayudas entregadas durante la pandemia. El caso de uno de los autónomos, que se ha puesto en contacto con MONCLOA.com, fue muy sangrante. La mutua Asepeyo le exigía la devolución de un total de 3.750 euros, una cantidad a la que tuvo derecho por la pandemia y el cese de actividad decretado por el Gobierno, según la documentación aportada en el caso.
El autónomo, que no ha querido que se use ni pseudónimo ni tampoco su nombre para la elaboración de este artículo, ha esquivado el «atraco» de Escrivá y de Saiz, pero su caso es una excepción. «A todo el que pregunto me afirma que no le han dado la respuesta esperada, me temía lo peor en mi caso. No podía dormir», ha asegurado.
Su caso, explicado el pasado mes de junio por este medio, ponía de manifiesto las prisas exigidas por la mutua Asepeyo al autónomo para acreditar que era merecedor de esas ayudas sin tener que devolverlas posteriormente.
No obstante, en la comunicación se metió miedo al afirmar que debía devolver la cantidad de 3.750 euros, sin esperar una conclusión definitiva. «Se les perdió un documento porque les entregué todos los papeles exigidos a la hora de pedir la ayuda», sostiene. En la primera comunicación, Asepeyo pedía información fiscal sensible, a pesar de no tener ninguna autoridad para ello. En concreto, la declaración del último trimestre de 2020. «No tuve ningún ingreso esos tres meses, qué podía declarar», indica.
LA MALA EDUCACIÓN EN UNA RESPUESTA AUTOMÁTICA
La respuesta a esa carta del miedo de Asepeyo, no obstante, dio sus frutos. Una vez corroborado todas y cada una de las declaraciones, así como constatar que no hubo ingreso alguno por el trabajo, la mutua le respondió una segunda vez a su expediente. «Gracias por contactar con nosotros. Nos pondremos en contacto contigo una vez hayamos revisado la documentación», rezaba el mensaje impersonal y automático. La mala educación se puso de manifiesto al tratar de ‘tú’ al afectado en vez de usted, como correspondería en cualquier comunicación con la Administración.
En ese mensaje dirigido de forma impersonal, algo impropio en cualquier comunicación con la Administración, a pesar de la que mutua asegura ser una «entidad colaboradora con la Seguridad Social», se certificó la entrega del documento de alegaciones, el modelo 130 del tercer y cuarto trimestres correspondientes a los ejercicios 2020 y 2019. De nuevo, aparecen faltas, esta vez de ortografía, en una comunicación oficial. «Me llegó al spam, creí que era un caso de estafa», afirma.
Sin embargo, en el mismo mail aparecían tanto el número de expediente como el DNI del autónomo a quien se exigía el pago de una ayuda que se entregó tras cumplir una serie de condiciones, pero con condicionantes a futuro, como era el de tener un ingreso máximo a lo largo de la segunda mitad del 2020.
Cumplir los requisitos iniciales fue relativamente sencillo con los inconstitucionales estados de alarma y confinamientos. La mayoría de trabajadores por cuenta propia cumplía perfectamente al ser obligados a confinarse, evitar desplazamientos y no poder circular libremente. La improvisación del Gobierno se centró en evitar muertes, pero el fin no justifica los medios, más cuando nadie sabía qué pasaba ni cómo se trataba el virus.
DEVOLUCIÓN DE AYUDAS CUATRO AÑOS DESPUÉS Y CON LA RECAUDACIÓN EN NIVELES RÉCORD
Ese cierre de país a cal y canto obligó a bajar la persiana a numerosos comercios y quienes tenían un único cliente, autónomos económicamente dependientes, no tuvieron posibilidad de buscar nuevos. «Todo el mundo prescindió de nosotros, no guardo ningún rencor, pero tampoco volvería a trabajar para esa empresa que me rescindió el contrato», afirma.
El Gobierno lanzó la remesa de las ayudas el 29 de septiembre de 2020. Ese decreto puso alfombra roja a los trabajadores autónomos que ya recibían ayudas para prorrogar las mismas y recibir una «prestación extraordinaria de cese de actividad compatible con el trabajo por cuenta propia y prórroga de las prestaciones ya causadas al amparo del artículo 9 del Real Decreto-ley 24/2020, de 26 de junio».
«Una vez efectuado el preceptivo trámite de alegaciones, de acuerdo con lo establecido en el apartado 4 de la Disposición adicional cuarta del Real Decreto-ley 30/2020 de 29 de septiembre. Elevamos a definitiva la resolución provisional emitida por esta Mutua», ha indicado la entidad al autónomo, exonerando al empleado por cuenta propia de devolver la ayuda.
«En consecuencia, las cantidades abonadas, tanto en concepto de prestación económica como de compensación de las cotizaciones por Contingencias Comunes, por Asepeyo, Mutua Colaboradora con la Seguridad, por los conceptos de cuantía de prestación e importe de las cotizaciones por contingencias comunes, son válidas y definitivas, cuyo importe asciende a 3754,68 €», destaca la comunicación. En esta comunicación sí se trata de usted con el cliente de la mutua
En su disposición adicional cuarta de aquel decreto, supuestamente para defender el empleo, se estipulaban los requisitos exigidos para no tener que devolverlas. No era un BOE más, era la diferencia entre ingresar algo de dinero o no tener un solo euro, mientras los gastos corrientes -comida y suministros especialmente- apretaban a quienes se les impedía trabajar.
Esa ayuda es la que está exigiendo ahora la mutua Asepeyo, como tantas otras, para hacer de cobradores del frac de la Seguridad Social. Todo se centralizó a través de ellas. La letra pequeña, de la que el autónomo que ha esquivado el atraco de Escrivá y Saiz era muy consciente, señalaba que no podría tener más de 5.818,75 euros en ingresos durante los próximos trimestres.
Sin embargo, esa cantidad era ínfima para un padre de familia y con un piso en alquiler. «La ayuda no cubría la cuota. Solo podía escoger entre pagar suministros o pagar el alquiler», señaló. «Tuve que tirar de mi familia para poder sufragarlo todo, pero tampoco podía iniciar un empleo dado que tendría que devolver la ayuda íntegra en 2024», afirma.
UNA AYUDA QUE NO CUBRÍA COSTES FIJOS, PERO NECESARIA
La letra pequeña era muy clara. «La Seguridad Social podía reclamar dichas ayudas si no se cumplían los requisitos de ingresos de julio a diciembre. La trampa estuvo en el tercer trimestre, cuando se publicó el decreto del día 29», señala.
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La propia asesora realizó todas las gestiones por mail y presencialmente, con el fin de recurrir el expediente abierto y que ahora se ha cerrado definitivamente. Asepeyo dio diez días al autónomo para responder al requerimiento, mientras que la mutua le ha llevado más de un mes en responder. «No todos somos iguales ante una Administración que aprieta cuando busca dinero», ironiza ahora más aliviado. «Por suerte, todo ha quedado en un susto», ha zanjado.
Su historia contra la Administración comenzó el 4 de abril, cuando una vez realizado todos los trámites, recibió por correo electrónico la siguiente comunicación: «Hemos recibido tu solicitud de la prestación extraordinaria del cese de actividad. Tu referencia para el seguimiento es el documento de identificación que has introducido». «El acuerdo resultante de la solicitud lo recibirás por correo electrónico en esta misma dirección». Fue la petición de la primera ayuda. «Ahora queda conocer si el resto de autónomos pueden librarse de este atraco. Ojalá así sea», finaliza.