Castillos similares a los de Disney y la ilusión de vivir en una verdadera película es la que una empresa constructora quiso instalar en Turquía. Los castillos del pueblo de Burj Al Babas son una réplica exacta de los míticos edificios de la productora, donde miles de familias podrían haber residido en él aunque quedaron abandonados a la suerte.
Este particular sitio se ubica en la provincia de Bolu, entre Estambul y Ankara, en Turquía y cuenta con 587 castillos en miniatura que quedaron a medio hacer. Lo curioso de este sitio es que aún preserva parte de su arquitectura y mantiene una esencia mágica y aterradora a la vez que puede ser visitada por cualquier turista.
Castillos de lujos que quedaron en el olvido: la historia de Burj Al Babas
La idea del pueblo de Burj Al Abas era crear un barrio residencial de lujo, con auténticos castillos. El proyecto original constaba de edificar más de 700 estas particulares casas, de las cuales sólo lograron construirse 537. Los dueños de estas casonas debían pagar alrededor de 380.000 y 500.000 euros por vivir allí y disfrutar de vistas únicas y comodidades de lujo.
Sin embargo, la ilusión de vivir en un auténtico barrio de castillos quedó derrumbada cuando la empresa a cargo quedó en bancarrota. Además de estos embates, los que iniciaron el proyecto debieron enfrentar las críticas por su sostenibilidad y la crítica de los vecinos que no estaban conformes con su desarrollo porque, según su criterio, su arquitectura no coincidía con la clásica de estas regiones.
El triste final del pueblo de castillos en Turquía

Debido a las crecientes críticas, las obras en Burj Al Abas quedaron detenidas y abandonadas. El sitio es ahora un destino turístico donde miles de personas lo visitan para poder verlo de cerca, por su impronta de ensueño pero escalofriante a la vez. Este espacio que quedó en el olvido fue destinado para las clases altas que provenían de países poderosos, por lo que su crecimiento se veía pujante.
En 2011, antes de empezar la construcción, las villas fueron vendidas a empresarios árabes de Qatar, Bahréin, Kuwait, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. En ese momento se empezaron a destruir hectáreas de suelo fértil y a talar miles de árboles. Sin embargo, las distintas versiones revelan que el fracaso de este proyecto se dio por su plan de construcción que levantaría un castillo al lado del otro, detalle que no habría agradado a los inversores.