En una alarmante incidencia que ha sacudido a la localidad de Playa de San Juan, en Alicante, unos padres fueron detenidos temporalmente por las autoridades después de que su hijo de 7 años tuviera que ser rescatado y reanimado por un socorrista en una piscina comunitaria. Este incidente resalta la crucial importancia de una supervisión adecuada de los menores, especialmente en entornos acuáticos, donde los peligros pueden surgir rápidamente.
Según la información proporcionada por la Policía Nacional, el incidente ocurrió el pasado miércoles alrededor de las 17:00 horas en una urbanización de Playa de San Juan. El socorrista que iba a iniciar su turno vespertino se encontró con un niño en el agua, mostrando signos de ahogamiento y en parada cardiorrespiratoria. En ese momento, el menor se encontraba solo, sin la supervisión de ningún adulto.
EL HEROICO RESCATE DEL SOCORRISTA
Sin perder un momento, el socorrista intervino de inmediato, aplicando maniobras de reanimación. Después de aproximadamente dos minutos, el niño respondió a los esfuerzos del socorrista y fue trasladado a un hospital para su atención médica. Mientras tanto, los padres fueron detenidos por la Policía Nacional, sospechosos de un delito de abandono temporal de menor.
Según el propio socorrista, Jaime, se encontró a dos menores sosteniendo al niño ahogado y se dio cuenta de que no se trataba de una broma. Rápidamente, sacó al niño de la piscina y le realizó la reanimación cardiorrespiratoria mientras dos vecinos llamaban al servicio de emergencias.
CONSECUENCIAS LEGALES Y EL LLAMADO A LA RESPONSABILIDAD PARENTAL
Tras el incidente, los padres fueron puestos en libertad a la espera de ser citados por el juez en relación con el delito de abandono temporal de menor. El socorrista, en declaraciones a Europa Press, señaló que si se tuviera que denunciar o procesar a todos los padres que incurren en este tipo de descuidos, no habría padres.
Este lamentable suceso resalta la necesidad apremiante de que los padres y cuidadores asuman con total responsabilidad la supervisión de los menores, especialmente en entornos que conllevan riesgos inherentes, como las piscinas. Es imprescindible que los adultos a cargo estén atentos y preparados para reaccionar de manera rápida y efectiva ante cualquier eventualidad, evitando así consecuencias trágicas.
La seguridad y el bienestar de los niños deben ser la máxima prioridad de los padres y de la sociedad en general. Incidentes como este deben servir de llamado de atención para que todos seamos más conscientes de nuestras responsabilidades y actuemos con el cuidado y la diligencia necesarios para proteger a los más vulnerables.
