El pasado mes de [Mes del evento], la Fiesta Mayor de Blancs i Blaus en Granollers, Barcelona, se vio envuelta en polémica tras un acto organizado por un grupo de la colla dels Blaus que simuló un ataque con cócteles molotov contra un maniquí vestido de policía. Este evento, titulado «Pràcticum: Tècniques Aplicades de Guerrilla Urbana», generó una gran controversia, llevando al Ayuntamiento de Granollers a desmarcarse públicamente de la actividad y expresar su apoyo a los cuerpos de seguridad.
El Ayuntamiento de Granollers, gobernado por el PSC, ha manifestado su rechazo absoluto a la actividad en cuestión, dejando claro que la corporación desconocía el contenido del acto y defiende firmemente los valores de paz y convivencia. El comunicado, publicado en la red social X, rechaza la violencia en todas sus formas y subraya la importancia del respeto a las instituciones y a los cuerpos de seguridad que trabajan para garantizar la seguridad de la ciudadanía.
Repudio al Acto y Apoyo a la Seguridad
La controversial actividad ha generado una ola de indignación y rechazo, tanto en la opinión pública como entre las autoridades locales. El Ayuntamiento de Granollers, en su comunicado, ha dejado claro que la organización no estuvo al tanto del contenido del acto, y que este tipo de acciones no se ajustan a los valores que promueve la ciudad.
El Ayuntamiento ha condenado la simulación de ataque con molotóv, recalcando que la fiesta mayor debe ser un espacio de celebración y convivencia pacífica. Además, ha reiterado su apoyo a los cuerpos de seguridad, quienes trabajan incansablemente para garantizar la seguridad de los ciudadanos y mantener el orden público.
Implicaciones y Debate sobre la Libertad de Expresión
El incidente ha desatado un debate sobre los límites de la libertad de expresión y la responsabilidad de las organizaciones que organizan eventos públicos. Si bien la libertad de expresión es un derecho fundamental, es crucial que se ejerza de manera responsable, sin incitar a la violencia ni al odio.
El Ayuntamiento de Granollers ha dejado claro que no tolerará actividades que promuevan la violencia y que atenten contra la seguridad de los ciudadanos. La polémica ha puesto de manifiesto la necesidad de un diálogo abierto y responsable sobre la importancia de la paz, la convivencia y el respeto a las instituciones. Este incidente sirve como un recordatorio de que la libertad de expresión debe ejercerse con responsabilidad, evitando cualquier tipo de incitación a la violencia o la desestabilización del orden público.
