Receta de flan de limón sin horno, súper fácil y delicioso

El flan de limón sin horno es la opción ideal para disfrutar de un postre refrescante y delicioso, perfecto para cualquier época del año. Sin necesidad de encender el horno, esta receta tiene un equilibrio único entre la suavidad del flan tradicional y el toque cítrico y vibrante del limón, logrando un un balance perfecto entre dulzura y frescura. Este flan es la elección ideal para quienes buscan una preparación sencilla pero llena de sabor, sin complicaciones ni largas esperas.

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Preparación fácil y rápida de un flan de limón sin horno

El flan de limón sin horno no solo destaca por su facilidad de preparación, sino también por su capacidad para sorprender a cualquier comensal con su exquisito sabor. Para empezar se debe preparar la base de gelatina neutra disolviéndola en agua caliente. Una vez que la gelatina esté completamente disuelta y sin grumos, la mezclamos con la leche condensada y la nata líquida en un bol amplio. A esta mezcla le agregamos el jugo y la ralladura de los limones, removiendo con suavidad hasta integrar todos los ingredientes de manera uniforme. El aroma cítrico comienza a sentirse en la cocina, anticipando el delicioso flan de limón sin horno que está por venir.

Una vez que la mezcla esté lista, se vierte en moldes individuales o en un molde grande, según el gusto de cada persona o la ocasión para la que se vaya a hacer. Lo ideal es utilizar moldes de silicona para facilitar el desmolde del flan de limón sin horno, pero cualquier molde bien engrasado funcionará perfectamente. Después de verter la mezcla, se lleva a la nevera durante al menos cuatro horas, aunque es recomendable dejarlo toda la noche para que adquiera una textura más firme y consistente. Al enfriarse, la gelatina actuará, dando forma al flan sin necesidad de cocción.