El Hierro se convierte en la Lampedusa del Atlántico con la Policía desbordada

La isla de El Hierro se ha convertido en un fiel reflejo de la isla de Lampedusa, centro de llegada de inmigrantes del Mediterráneo desde el norte de África. La crisis migratoria en España no es exclusiva en Canarias, sino también en Ceuta y Melilla, donde los agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil están ampliamente desbordados, como ha ocurrido este lunes en el espigón del Tarajal, con más de 500 inmigrantes tratando de cruzar a nado más de tres kilómetros, con ante una dura corriente y un muro formado por las rápidas de la Benemérita.

Los datos de la isla de El Hierro muestran una situación alarmante, con un 30% más de inmigrantes que de vecinos, sin que nada ni nadie pare la llegada de cayucos y embarcaciones poco preparadas para una travesía de casi 1.800 kilómetros, o lo que es lo mismo, semanas a merced de las olas si no hay un rescate previo.

La llegada de cayucos supera con creces la situación de 2006, cuando la crisis migratoria pasó a denominarse como la ‘crisis de los cayucos’ ante la llegada incesante de miles de inmigrantes, la gran mayoría llegados desde Marruecos. En 2023, la situación comenzó a ser alarmante ante la llegada de cayucos al puerto de La Restinga (El Hierro), pero en este 2024 se va camino de superar todos los registros, hasta el punto de que los llegados por mar son trasladados después a distintos puntos de la península por vía aérea.

LOS POLICÍAS NACIONALES, DESBORDADOS

«Estamos desbordados», afirman fuentes policiales cuando se les pregunta por la situación actual en El Hierro. Eso sí, el Ministerio de Interior ha procedido a entregar equipos de protección a Salvamento Marítimo, pero no a los agentes de la Policía Nacional, ante la aparición de la viruela del mono, mientras se niega a facilitar la misma a los agentes desplegados en infraestructuras estratégicas, como el aeropuerto de Madrid-Barajas.

La llegada de cayucos a El Hierro es una constante. Entran en el puerto de La Restinga 100, 200, 300 y hasta casi 500 por día, como ocurrió hace apenas cinco días. La mayoría de los inmigrantes ilegales son varones y los cayucos son interceptados a pocos kilómetros de la isla de El Hierro por embarcaciones de Salvamento Marítimo, como también llegan al puerto por sus propios medios.

El CATE en El Hierro, en precarias condiciones de seguridad y salubridad
El CATE en El Hierro, en precarias condiciones de seguridad y salubridad

La ruta Canaria, como se conoce a la travesía desde el África subsahariana, ha desbordado todos los números conocidos hasta ahora. Solo en la primera mitad de 2024 se han registrado un 174% más inmigrantes que en todo el 2023, mientras los efectivos policiales tan solo se han incrementado en una mínima parte.

EL HIERRO, ZONA CERO DE LA MIGRACIÓN ATLÁNTICA

Los servicios de seguridad del Estado en El Hierro, además, han tenido que desdoblarse en las Islas Canarias con cambios de destino y rutinas. Por esta razón y ante «la llegada masiva de cayucos» a El Hierro, el sindicato Jupol ha insistido en elevar el número de plazas. «La situación es límite», han advertido ante el grave escenario que se abre en Canarias.

Los agentes desplegados en los servicios de seguridad del CATE, centro de acogida temporal de extranjeros, «están al límite» ante la «crisis migratoria» hasta el punto en el que los mandos de la Policía Nacional obligan a los agentes a desplazarse a El Hierro para cubrir esta función, un servicio que se realiza de «forma precaria y sin previsión alguna».

El sindicato mayoritario de la Policía Nacional denuncia, además, la «improvisación con la que se vienen trabajando desde Interior que, continua «sin dotar de medios materiales y humanos a las Islas Canarias para asumir en condiciones óptimas la llegada masiva de inmigración irregular y sin elaborar un protocolo de trabajo en el CATE donde se especifiquen las condiciones en las que se debe producir la custodia policial».

LA SEGURIDAD DE LOS AGENTES DE LA POLICÍA NACIONAL E INMIGRANTES, EN ENTREDICHO

La crisis migratoria en El Hierro pone de manifiesto la falta de seguridad de los agentes, que deben mediar en peleas entre los internos pese a la proporción entre migrantes y agentes. «En qué momento, la seguridad de los policías nacionales ha dejado de ser una prioridad para la Dirección General de la Policía», reflexionan.

Los representantes de los agentes de la Policía Nacional consideran que es momento de «actualizar y ampliar el Catálogo de Puestos de Trabajo de la Policía Nacional en Canarias y adecuarlo a los flujos continuados de inmigración que reciben estas islas y evitar de este modo la falta de efectivos policiales en las mismas».

«La situación es insostenible», afirma Laura García, portavoz de Jupol, que cifra la llegada de inmigrantes a razón de unas 600 personas semanales. La última vez que se dotó de más personal en las Islas fue en 2008, en la segunda etapa del PSOE de Zapatero. Las instalaciones, además, ofrecen una precaria situación en cuanto a la seguridad se refiere.

UNA SITUACIÓN GRAVE Y PROBLEMAS DE SALUBRIDAD

«La custodia la realizan 4 funcionarios policiales en el turno de mañana y en el turno de tarde, con tres por la noche. En caso de producirse algún problema de orden, reyertas, conflictos graves o cualquier otra incidencia, carecen incluso de apoyo de la Guardia Civil por el escasísimo número de efectivos con los que cuenta la isla de El Hierro», afirma el sindicato.

Por el momento, ni el Ministerio del Interior, ni la Dirección General de la Policía, ni el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones toman cartas en el asunto para buscar una solución que garantice la seguridad y salubridad, tanto de los agentes de la Policía Nacional, como de los inmigrantes.

Las llegadas en la Ruta Canaria, la vía migratoria más mortífera de las que dirigen hacia el continente europeo, acumulan un incremento del 174% en la primera mitad de 2024. Así lo detalla este jueves la agencia europea de fronteras y costas Frontex en pleno debate político en España por el reparto de niños y adolescentes migrantes cuando se saturen las capacidades de acogida de las islas y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.