La crema catalana es un postre emblemático de la gastronomía catalana, reconocido por su delicada textura y el contraste entre su suave interior y la crujiente capa de caramelo en la superficie. Tradicionalmente, este postre se preparaba al fuego, pero hoy en día, con la ayuda de la Thermomix, es posible recrear esta delicia de manera más rápida y sencilla, sin comprometer su sabor ni su autenticidad.
A diferencia de otros postres similares, como el crème brûlée francés, la crema catalana se distingue por su sabor característico a limón y canela, y su consistencia ligeramente más espesa gracias a la adición de maicena. La Thermomix no solo simplifica el proceso, sino que también garantiza que los sabores se integren de manera uniforme, resultando en una crema de textura perfecta. Con ingredientes básicos como leche, yemas de huevo, azúcar, y una pizca de sal, es posible preparar un postre que siempre sorprende por su elegancia y simplicidad.
Ingredientes y preparación en Thermomix
Preparar la crema catalana en Thermomix es un proceso eficiente que resalta los sabores tradicionales con un toque moderno. Los ingredientes que necesitarás son: 1000 g de leche entera, 10 yemas de huevo, 320 g de azúcar, 40 g de maicena, 1 cucharadita de azúcar vainillado o vainilla líquida, un pellizco de sal, 3 tiras de piel de limón (solo la parte amarilla) y 1 rama de canela.
El primer paso es colocar la mariposa en las cuchillas de la Thermomix. Luego, se añaden al vaso la leche, las yemas de huevo, 200 g de azúcar, la maicena, el azúcar vainillado y la sal. Todo se mezcla durante 15 segundos a velocidad 3.5. Después, se incorporan las tiras de piel de limón y la rama de canela. El siguiente paso es programar la Thermomix a 90°C durante 12 minutos a velocidad 2. Al finalizar, se retiran la mariposa, la piel de limón y la rama de canela, y se mezcla todo a velocidad 7 durante 10 segundos para asegurar una textura homogénea.
Caramelización: el toque final perfecto de la crema catalana
Una vez preparada la crema, se reparte en cazuelitas de barro y se deja templar durante unos 20 minutos. Este tiempo es crucial para que la crema adquiera la consistencia deseada antes de realizar el paso final: la caramelización. Este paso es lo que le da a la crema catalana su distintivo contraste entre lo cremoso y lo crujiente. Para lograrlo, se espolvorea una fina capa de azúcar sobre la superficie de cada cazuelita y se quema con un soplete de cocina o un quemador especial, hasta que el azúcar se derrita y forme una capa dorada y crujiente.
Este proceso de caramelización no solo añade una textura irresistible, sino que también potencia los sabores del limón y la canela, que son el corazón de este postre. Finalmente, es importante destacar que la crema catalana no solo es deliciosa, sino que también es versátil. Puede servirse como un postre elegante en una cena especial, o como una dulce sorpresa en una comida familiar. Además, su preparación en Thermomix permite que incluso los cocineros menos experimentados puedan obtener resultados dignos de un chef profesional.
