Jaume Collboni compartirá responsabilidades con ERC al frente del Ayuntamiento de Barcelona, pero mantiene su portazo a Ada Colau, líder de los ‘Comuns’, que insiste entrar en el Consistorio, como ya lo hiciera el líder del PSC de la ciudad condal en la pasada legislatura.
Los ‘Comuns’ esquivan la presión al PSC públicamente, pero entre pasillos y despachos se reproducen los reproches a la negativa de los socialistas a permitir la entrada de quien concedió la vicealcaldía. Entre las dos formaciones quedarían tan solo a dos concejales de la mayoría absoluta, con 10 y 9 asientos, respectivamente. Cabe destacar que Collboni es alcalde de Barcelona por los apoyos del PPC, mientras que el socialista vetó la entrada de Colau al equipo de gobierno municipal, pero aún así le dio los apoyos.
Cabe destacar que si los ‘populares’ hubieran votado en contra de Collboni, Xavier Trias estaría al frente del Ayuntamiento. La premisa principal de los de Daniel Sirera pasaba por no permitir un gobierno independentista en la ciudad, conocedor de las tropelías al poner la ciudad al servicio de la causa.
ERC, por su parte, se opuso a hacer alcalde a Collboni, mientras Trias per Barcelona, vencedor en los pasados comicios del 28-M de 2023, no tuvo opciones ante los vetos cruzados y la imposibilidad de gobernar en coalición con ERC.
ADA COLAU Y SU NEGATIVA CONSTANTE
No obstante, tras el acuerdo entre Salvador Illa y Pere Aragonès, ERC entrará ahora en el Consistorio barcelonés después del 11-S, una estrategia que forma parte del pacto oculto entre los socialistas y los republicanos. Para llegar a ese punto, los republicanos han prescindido de su núcleo crítico más duro tras las polémicas por de los carteles electorales sobre el alzhéimer de Pasqual Maragall o el muñeco que simulaba a Oriol Junqueras colgado de un puente en Sant Vicenç dels Horts.
Las relaciones entre Ada Colau y Jaume Collboni se han enfriado desde que éste consiguió el bastón de mando del Ayuntamiento. De hecho, el diálogo que tanto propaga el alcalde de Barcelona se cortó de raíz con los Presupuestos, hasta el punto de no tener comunicación durante un mes.
Los reproches se mostraron en público con las cuentas de Barcelona. Collboni evitó la negociación de las cuentas públicas con Colau y ella votó en contra, como el resto de formaciones. No obstante, la líder de Barcelona en Comú votó ‘in extremis’ a favor de las cuentas de 2024, pero dejó un recado al edil del PSC con su voto en contra en una cuestión de confianza, dejando en el aire su apoyo a las de 2025.
A finales de marzo, Collboni perdió esa cuestión de confianza vinculada a los Presupuestos, con recados cruzados entre él y Colau, más separados que nunca, pero también conscientes de mantener intacto el Ayuntamiento. El alcalde de Barcelona anunció entonces la ampliación de su gobierno con un pacto con ERC, insuficiente para tener la mayoría absoluta.
ERC ENTRARÁ CON VETO A COLAU
Es ahora cuando se conoce la entrada de ERC, pactada junto a la investidura de Salvador Illa, a pesar de afirmar en campaña que nunca gobernaría con los republicanos, un «nuevo cambio de opinión», como dirían desde Ferraz, ante los electores. El alcalde de Barcelona se ha asegurado que no entraría Ernest Maragall, líder de ERC en Barcelona, en su gobierno, dado que ha dejado el grupo municipal y se ha marchado de la política.
Mientras tanto, En Común Podem y Colau tendrán que tragar con las exigencias del PSC, cuyo poder municipal se repartirá con ERC, en detrimento de los ‘morados’. Las cuerdas volverán a tensarse después del marcado 11-S y a la espera del congreso de Junts.
Es la cuarta vez que Colau recibe un portazo de Collboni para reeditar el pacto de 2019 y que tantos quebraderos de cabeza ha dado a Barcelona y sus habitantes, pero más a los sectores económicos, que han exigido a cambio de su apoyo un sonado veto a la exalcaldesa de Barcelona.
