La historia que aquí se presenta es una clara muestra de cómo la justicia puede enfrentarse a situaciones complejas y delicadas, especialmente cuando se trata de casos relacionados con la violencia doméstica y la violencia de género. En este artículo, analizaremos a fondo los detalles de un caso particular que ha generado gran controversia.
El asunto involucra a un abogado que representa a la acusación particular en un caso donde un ertzaina (policía autonómico) ha sido investigado por presunta violencia doméstica y de género, lesiones y maltrato. Sin embargo, el acusado ha alegado una rectificación de su inscripción registral, identificándose ahora como mujer, lo que ha llevado al Juzgado de Violencia sobre la Mujer número dos de Sevilla a inhibirse a favor de los juzgados de Instrucción.
La Estrategia del Acusado: ¿Un «Fraude de Ley»?
Según el abogado de la acusación particular, José Antonio Sires, este cambio de sexo por parte del acusado constituye un «fraude de ley» con el objetivo de evitar un juicio en el ámbito de la violencia de género. Sires argumenta que esto le permitiría al acusado ser enjuiciado por un juzgado ordinario y no por uno específico de violencia de género, lo que implicaría diferencias significativas en materia de penas y la ausencia de agravantes relacionadas con la violencia machista.
Además, Sires señala que el acusado ya pesa una condena inicial a 15 meses de cárcel por otros delitos cometidos sobre la misma mujer, y que ahora ha solicitado un indulto al Gobierno. En este contexto, el abogado considera que el cambio de sexo alegado por el acusado es un «fraude a todas luces», ya que solo persigue «ser enjuiciado por un juzgado ordinario y no por uno específico de violencia de género».
El Papel de la Fiscalía
Ante esta situación, el abogado José Antonio Sires ha manifestado su esperanza en que la Fiscalía «se haga eco del caso y lo estudie», ya que, en su opinión, se trata de «un fraude a todas luces, pues usa una norma para vulnerar otra». El letrado ha señalado la necesidad de «acreditar» que este cambio de sexo no tiene otra finalidad que la de «evitar» que el juicio sea canalizado como violencia de género.
Si la Fiscalía no actúa por sí misma, el abogado ha declarado que, como letrado, reclamará la intervención de la misma. Esta decisión refleja la determinación de la acusación particular por hacer que se esclarezca la verdad detrás de este complejo caso y que se aplique la justicia de manera adecuada.