lunes, 21 abril 2025

Barbón expresa su «mucha confianza» en que la sidra asturiana sea Patrimonio Mundial Inmaterial

La sidra, bebida tradicional española con especial arraigo en Asturias, podría dar un paso trascendental en su historia. El presidente del Principado, Adrián Barbón, ha expresado su confianza en que la cultura sidrera sea declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Este reconocimiento no solo pondría en valor la tradición milenaria de la sidra, sino que también impulsaría su protección y difusión a nivel internacional.

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La candidatura de la sidra a este importante reconocimiento se basa en su profunda conexión con la identidad asturiana. Desde la plantación de los manzanos hasta la elaboración artesanal de la bebida, pasando por su consumo en chigres y espichas, la sidra impregna la vida social, cultural y económica de la región.

El Museo de la Sidra: Un Homenaje a la Bebida Asturiana

El Museo de la Sidra, ubicado en Nava, Asturias, se ha convertido en el escenario perfecto para reivindicar la importancia de esta bebida. En este espacio dedicado a la historia y la cultura sidrera, se presentó el libro «La sidra: el ADN asturiano diferente al resto de la península», una obra escrita por Salvador Ondó que explora la singularidad de la sidra asturiana.

El libro, recomendado por el propio Adrián Barbón, ofrece un recorrido por la historia de la sidra, desde sus orígenes hasta la actualidad. A través de un análisis exhaustivo y una narrativa amena, el autor desvela detalles poco conocidos sobre la elaboración, las variedades de manzana y las costumbres que giran en torno a esta bebida.

Un Legado Ancestral que Perdura en el Tiempo

La posible declaración de la cultura sidrera como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad supondría un espaldarazo para el sector y un motivo de orgullo para los asturianos. Este título reconocería la importancia de preservar las tradiciones y el legado ancestral que representa la sidra.

Las generaciones futuras tendrían la responsabilidad de mantener viva la llama de esta tradición milenaria, asegurando que la elaboración artesanal, las técnicas de escanciado y el espíritu festivo que rodean a la sidra sigan formando parte del ADN asturiano. El camino hacia la declaración de la UNESCO es largo, pero la pasión y el compromiso de los asturianos con su bebida más emblemática hacen que la meta parezca cada vez más cercana.

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