Tres tortugas bobas regresan al mar en un año excepcional para el Cantábrico

En un acontecimiento sin precedentes, el Aquarium de San Sebastián ha llevado a cabo una importante labor de conservación al reintroducir tres ejemplares de tortuga boba (Caretta caretta) en las costas del Cantábrico. Este evento marca un hito en los esfuerzos de preservación de esta especie marina, cuya migración hacia la costa atlántica, y particularmente hacia el Cantábrico, ha alcanzado niveles excepcionales durante el último año. La acción no solo representa un triunfo para la biodiversidad local, sino que también ofrece una oportunidad única para la investigación científica y la comprensión de los patrones migratorios de estos fascinantes reptiles marinos.

El equipo de biología del Aquarium, liderado por su directora Esther Irigaray y la directora del Área de Biología, Arantxa Garmendia, ha trabajado incansablemente en la recuperación de estos ejemplares que llegaron a las costas en condiciones críticas. La colaboración con entidades como Tragsatec ha permitido equipar a dos de las tortugas con transmisores satelitales, una iniciativa que promete arrojar luz sobre los movimientos y comportamientos de esta especie en el Atlántico Norte. Este esfuerzo conjunto entre instituciones y expertos subraya la importancia de la cooperación en la conservación marina y abre nuevas vías para el estudio y protección de las tortugas bobas en un contexto de cambio climático y alteraciones en los ecosistemas marinos.

Un año récord para la migración de tortugas bobas

El año 2024 ha marcado un hito en la historia de la migración de tortugas bobas hacia las costas del Cantábrico. Según los expertos del Aquarium de San Sebastián, la llegada de estos reptiles marinos a las costas locales ha alcanzado niveles sin precedentes, con un aumento significativo en el número de ejemplares encontrados en condiciones críticas. Este fenómeno no se limita a las costas españolas; en la localidad francesa de La Rochelle, el número de avistamientos se ha multiplicado por diez, lo que sugiere un cambio drástico en los patrones migratorios de la especie.

La situación ha despertado la preocupación de los biólogos marinos y conservacionistas, quienes subrayan la necesidad de investigar a fondo las causas de esta migración masiva. Esther Irigaray, directora del Aquarium, ha enfatizado la importancia de anticiparse a estos movimientos migratorios para poder ofrecer una respuesta adecuada y proteger a estos animales vulnerables. La recopilación de datos y el seguimiento de los ejemplares marcados con transmisores satelitales se perfilan como herramientas cruciales para entender mejor este fenómeno y desarrollar estrategias de conservación efectivas.

El caso de la tortuga Bermiu, liberada el verano pasado y cuya señal sigue activa, ha proporcionado información valiosa sobre los desplazamientos de estos animales. Su viaje hasta Galicia y posterior retorno demuestra la capacidad de adaptación de las tortugas bobas y plantea nuevas preguntas sobre los factores que influyen en sus rutas migratorias. Este conocimiento es fundamental para diseñar medidas de protección que abarquen toda la extensión de sus hábitats y rutas de desplazamiento.

Recuperación y reintroducción: un proceso meticuloso

El proceso de recuperación y reintroducción de las tortugas bobas en el Aquarium de San Sebastián es un testimonio del compromiso y la experiencia de su equipo de biología. Cada uno de los ejemplares rescatados presentaba desafíos únicos que requirieron atención especializada. Aquiles, la primera tortuga en ser rescatada, llegó con una infección respiratoria y un peso por debajo de lo saludable. Gracias a los cuidados recibidos, logró recuperarse y alcanzar un peso óptimo para su reintroducción.

Pirata, el segundo ejemplar, fue encontrado en la costa de Mutriku con múltiples afecciones, incluyendo una infección ocular, neumonía y un caparazón cubierto de algas. Su caso ilustra la diversidad de problemas que pueden afectar a estos animales en su travesía por el océano. Por último, Portu, rescatada en el puerto de San Sebastián, llegó en un estado crítico con una grave infección pulmonar, demostrando la vulnerabilidad de estos animales a las condiciones adversas del mar.

El tratamiento de estas tortugas incluyó un enfoque integral que abarcó desde diagnósticos mediante radiografías hasta la administración de antibióticos, colirios y una dieta enriquecida con vitaminas. La zona de cuarentena del Aquarium, mantenida a una temperatura constante de 25 grados, proporcionó el ambiente controlado necesario para su recuperación. Este cuidado meticuloso no solo salvó la vida de estos animales, sino que también los preparó para su eventual retorno al mar, aumentando significativamente sus posibilidades de supervivencia en el medio natural.

Tecnología al servicio de la conservación marina

La colaboración entre el Aquarium de San Sebastián y Tragsatec ha dado un paso adelante en la conservación de las tortugas bobas mediante el uso de tecnología avanzada. La colocación de transmisores satelitales en dos de las tortugas liberadas, Aquiles y Portu, representa un avance significativo en la investigación de esta especie. Estos dispositivos permitirán a los científicos seguir los movimientos de las tortugas en tiempo real, proporcionando datos invaluables sobre sus rutas migratorias, áreas de alimentación y comportamientos en el medio natural.

Esta iniciativa no se limita a las costas guipuzcoanas; se extiende a otras regiones del norte de España, con planes de marcar tortugas adicionales en Cantabria, Asturias y Bizkaia. La recopilación de datos a esta escala promete ofrecer una visión más completa de los patrones de movimiento de las tortugas bobas en el Atlántico Norte y, en particular, en el Golfo de Bizkaia. Esta información es crucial para comprender las razones detrás de la reciente migración masiva hacia estas aguas y para desarrollar estrategias de conservación más efectivas.

El desafío que plantea la migración de las tortugas bobas hacia aguas más septentrionales, incluyendo las costas de España, Francia e Inglaterra, sugiere la necesidad de una estrategia internacional para su protección. Guillermo López, de Tragsatec, ha resaltado la importancia de este enfoque colaborativo, señalando que la naturaleza transfronteriza de estos movimientos requiere una respuesta coordinada entre diferentes países. Esta cooperación internacional no solo beneficiaría a las tortugas bobas, sino que también podría servir como modelo para la conservación de otras especies marinas migratorias.