La propuesta de construcción de una nueva carretera que conectaría las localidades cántabras de Reinosa y Potes ha desatado una intensa controversia en la región. Este proyecto, promovido por la Consejería de Fomento, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria, ha sido recibido con fuertes críticas por parte de organizaciones conservacionistas, especialmente SEO/BirdLife, que lo consideran inviable tanto desde el punto de vista legal como medioambiental.
La carretera proyectada, que se extendería por aproximadamente 15 kilómetros, atravesaría uno de los corredores ecológicos mejor conservados de la Cordillera Cantábrica. Esta zona, conocida por su rica biodiversidad y sus paisajes pristinos, alberga especies en peligro de extinción como la perdiz pardilla y el oso pardo. La preocupación principal radica en que esta infraestructura podría fragmentar hábitats críticos y crear una barrera insalvable para la fauna local, alterando drásticamente el delicado equilibrio ecológico de la región.
Impacto ambiental y legal de la carretera propuesta
El proyecto de la carretera Reinosa-Potes ha sido objeto de un intenso escrutinio por parte de expertos en conservación. SEO/BirdLife advierte que la construcción atravesaría cuatro espacios protegidos por la Red Natura 2000, un marco de protección europeo diseñado para garantizar la conservación de los hábitats más valiosos. Esta situación plantea serios conflictos legales, ya que la normativa española y europea prohíbe explícitamente cualquier intervención que comprometa la integridad de estos espacios protegidos.
Además del aspecto legal, el impacto ambiental previsto es significativo. La carretera no solo fragmentaría hábitats críticos, sino que también incrementaría la presión humana sobre un ecosistema particularmente sensible. Se teme que el aumento del tráfico vehicular conduzca a un mayor número de atropellos de fauna silvestre y genere un impacto visual y paisajístico irreparable en una de las zonas más vírgenes de Cantabria.
La alteración de los patrones de movimiento de la fauna local es otra preocupación importante. Especies como el oso pardo, que requieren grandes extensiones de territorio para su supervivencia, podrían ver sus rutas de desplazamiento interrumpidas, lo que podría tener consecuencias devastadoras para sus poblaciones a largo plazo.
Reacciones y llamados a la reconsideración del proyecto
La propuesta ha generado una fuerte reacción por parte de la comunidad conservacionista. Felipe González, delegado de SEO/BirdLife en Cantabria, ha criticado duramente al Ejecutivo regional, acusándolo de demostrar una «nula sensibilidad ambiental» al plantear un proyecto de tal envergadura en espacios naturales tan emblemáticos como las cabeceras del Saja-Nansa.
La organización ha hecho un llamado urgente a la sociedad cántabra para que exprese su rechazo al proyecto. Argumentan que el supuesto interés social y el uso que se pretende justificar para esta carretera no compensan, de ninguna manera, el daño ambiental que causaría. SEO/BirdLife insta al Partido Popular, actualmente en el gobierno regional, a reconsiderar esta propuesta y a centrarse en la protección y restauración de los espacios naturales existentes.
El proceso de información pública del proyecto, iniciado en agosto, también ha sido objeto de críticas. SEO/BirdLife considera que el timing de este proceso «imposibilita» a los ciudadanos cántabros una plena y real información y participación en la toma de decisiones sobre un proyecto que afectaría profundamente a su patrimonio natural.
En un contexto global donde la restauración de la naturaleza se plantea como una prioridad urgente, proyectos que amenazan con destruir áreas naturales intactas son vistos con creciente preocupación. Los conservacionistas argumentan que es inaceptable considerar la destrucción de los pocos espacios naturales prístinos que quedan, especialmente en una región como Cantabria, conocida por su belleza natural y su biodiversidad.
