Gibraltar y Picardo prosiguen con la provocación a España

El Gobierno de Gibraltar, presidido por Fabián Picardo, mantiene la provocación y con la ilegalidad al verter piedras traídas desde canteras de Cádiz a una zona de mar y que supone una amenaza a especies protegidas. En las dos primeras semanas de agosto, Gibraltar está llevando a cabo una ofensiva contra España como una ‘venganza’ por los cánticos de la celebración de la Eurocopa: «Gibraltar es español».

La victoria contra Inglaterra escoció y mucho en el Peñón, hasta el punto de elevar una queja ante la UEFA, que sancionó a dos jugadores de la Selección Española de Fútbol con un partido. El cántico, no obstante, forma parte de la rivalidad, como cantan clubes irlandeses en las gradas. Pero para Picardo, como buen inglés, se trata de una afrenta y con esa excusa continúa saltándose las normas establecidas en el Tratado de Utrech, donde Gibraltar no tiene un metro cúbico de agua, pero cada vez se gana más terreno al mar.

Antes de esa final, el Peñón ha emitido un sello conmemorativo sobre la entrega de Gibraltar al archiduque Carlos de Austria hace 320 años, un hecho que conmemora el declive del imperio español. Picardo trataba así de hacerse sonar, pero el pitido final y la Eurocopa se celebraron en las calles españolas, incluida la Verja.

PICARDO SE NIEGA A ACEPTAR LA REALIDAD CON EL BREXIT

Todo ello se sucede en aguas españolas, mientras se mantienen las negociaciones por el Brexit y en la situación que quedaría la Verja y los ingleses, así como los españoles que trabajan en Gibraltar. El diálogo ha sido boicoteado por Gibraltar y sus exigencias, se trata de la última parte de la situación que queda Reino Unido tras la ruptura con la UE.

El Peñón, el último vestigio europeo de los ingleses
El Peñón, el último vestigio europeo de los ingleses

Por ahora, las reuniones con David Cameron y José Manuel Albares no llegan a buen puerto y amenazan con el peor escenario para los ciudadanos: el cierre de La Verja, con exhaustivos controles, como ha ocurrido en el pasado, para crear unas colas kilométricas y evitar el buen funcionamiento y trasiego de personas. Por ahora, las conversaciones volverán de nuevo en septiembre, pero se insta a un acuerdo lo antes posible.

Gibraltar no quiere ceder un solo logro obtenido hasta ahora, con libre movimiento en la Verja, pero el Tratado de la UE recuerda que el control de la frontera corresponde a España, y no a Picardo ni a cualquier otro que gobierne Gibraltar. De hecho, la frontera estaría custodiada por la Guardia Civil con el apoyo de Frontex, pero nunca por la policía gibraltareña ni por la armada británica.

Asimismo, serán los uniformados españoles quienes piloten todo el territorio de la Verja, con armas reglamentarias. Picardo, no obstante, se resiste a dejar a los agentes de la Guardia Civil patrullar por lo que él considera suelo inglés y se lo toma como una afrenta, una «línea roja», creando así una mayor tensión entre Reino Unido y la UE.

SELLO DE ENTRADA Y SALIDA EN GIBRALTAR

Este era el acuerdo firmado en 2020 en el marco del Brexit. De hecho, ese pacto lo aceptó Picardo, pero ahora el primer ministro de Gibraltar busca recular y España puede llegar a cerrar la frontera en un momento determinado al tener el control total sobre la misma. Y es que, no hay zona especial para el tráfico de personas y mercancías en Gibraltar, la última colonia en suelo español.

Desde la entrada en vigor del Brexit, Gibraltar pertenece al grupo de terceros países, como Marruecos, Argentina o Zimbabue, un grupo que no tiene ningún tipo de privilegio en la UE, a pesar de tener frontera. De hecho, los británicos tendrían que sellar sus pasaportes y justificarlo, como se hace con todos los turistas que van a pasar una buena temporada en el país -menos de 90 días-. La tarjeta de identidad de Gibraltar ya no será suficiente para poder entrar y salir de La Verja, como ocurría hasta ahora. «Habrá sello de entrada y salida si Gibraltar continúa en sus trece», destacan fuentes políticas consultadas.

Y es que, las modificaciones del espacio Schengen se realizarán a partir de 2025, con un cambio en los sistemas, y acabará así con la situación actual de Gibraltar, que busca erigirse como una excepción a la norma impuesta al resto de británicos. Picardo busca así lo mejor de cada parte en el Brexit, sin asumir la realidad.