El toliamor es una nueva tendencia que define una renovada manera de vincularse en las parejas. Después del auge del poliamor, el toliamor conjuga características de ambas modalidades y establece un concepto que ya es furor en redes sociales y que sorprende a muchos.
El toliamor surgió gracias al columnista de sexo y relaciones, Dan Savage, quien unió la palabra tolerancia con poliamor y formó este término que da que hablar. Se trata de nuevas maneras de relacionarse con las parejas que, aunque muchos no se dieron cuenta, se practica hace años y es muy frecuente.
Qué es el toliamor y cuáles son los antecedentes en España
El toliamor aún no es tan frecuente en España aunque su práctica si lo es. El motivo de esto es que, según Dan Savage, se puso nombre a una forma de vincularse que es ancestral. De acuerdo a este experto, este concepto hace referencia a cuando una persona «tolera» el contacto sexual o romántico externo del otro. Es decir, que soporta la infidelidad o el flirteo de su amado sin decir nada, ni hacer reclamos de ningún tipo.
La diferencia de esta práctica con la del poliamor es que esta última, la pareja llega a un acuerdo en el que ambos eligen vincularse con otras personas. “Es alguien dispuesto a hacer la vista gorda ante un baile erótico o una aventura breve después de años de matrimonio”, explicó Savage en su podcast Savage Lovecast.
Cómo hacer frente al toliamor
Aunque parezca inaudito, el toliamor también es otro tipo de acuerdo tácito entre las parejas en las que la infidelidad o el affaire está permitido. Tal como asegura Dan Savage este «trato» en las relaciones valora otro tipo de actitudes de la otra persona y considera relevante otras cuestiones. «Son capaces de centrarse en todas las formas en que su cónyuge demuestra su compromiso y su amor. Y todas esas otras formas compensan o hacen que el engaño que pueda estar ocurriendo sea tolerable», aseguró el especialista en su exposición.
De esta manera, los «toliamorosos» , tal como los llama él, no deben ser considerados personas «tontas», sino que eligen pararse desde otro lugar en sus relaciones. «Estas personas no son tontas ni incautas. No hay que tenerles lástima: saben lo que se metieron y hace mucho tiempo que hicieron las paces con lo que obtuvieron. Están dispuestos a soportarlo, se han reconciliado con ello, están dispuestos a tolerarlo”, dijo Savage.
