Un estudio revela que una cuarta parte de Europa podría mejorar su situación ambiental regenerando ecosistemas

La renaturalización de ecosistemas se presenta como una estrategia crucial para la conservación de la biodiversidad y la mejora del medio ambiente en Europa. La Unión Europea se ha fijado ambiciosos objetivos para ampliar las áreas naturales protegidas y restaurar los ecosistemas degradados, y la renaturalización se posiciona como una herramienta fundamental para alcanzar estas metas.

Diversos estudios científicos, como el desarrollado por el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y la Universidad de Évora (Portugal), revelan el enorme potencial de Europa para la renaturalización. Estos análisis sugieren que aproximadamente una cuarta parte del continente, lo que equivale a 117 millones de hectáreas, podría beneficiarse de la restauración de ecosistemas naturales. La aplicación de estrategias de renaturalización, tanto pasiva como activa, podría suponer una mejora significativa en la calidad del medio ambiente y la conservación de la biodiversidad en Europa.

La Península Ibérica: Un Espacio Clave para la Renaturalización Pasiva

La renaturalización pasiva, basada en el manejo de procesos naturales y la reducción de la presión humana, se perfila como una opción viable para amplias zonas de Europa. Si bien las regiones más frías, como Escandinavia, Escocia y los países bálticos, concentran la mayor parte del potencial para este tipo de renaturalización, la Península Ibérica destaca como un área estratégica. La presencia de ecosistemas diversos y la posibilidad de recuperar la conectividad entre ellos la convierten en un espacio idóneo para la renaturalización pasiva. Esta estrategia, basada en la restauración de los procesos naturales, permitiría la recuperación de especies y la mejora de la funcionalidad de los ecosistemas ibéricos.

La renaturalización pasiva no solo ofrece beneficios ecológicos, sino que también puede generar oportunidades socioeconómicas. El desarrollo de un turismo sostenible y respetuoso con la naturaleza en áreas renaturalizadas puede dinamizar las economías locales y generar empleo, contribuyendo a la vez a la conservación del patrimonio natural.

Renaturalización Activa: Reintroduciendo Especies Clave para Restaurar Ecosistemas

La renaturalización activa, por su parte, implica la reintroducción de especies clave en ecosistemas donde han desaparecido o sus poblaciones son escasas. Esta estrategia resulta especialmente relevante en casos donde la dispersión natural de especies desde áreas cercanas es poco probable. La reintroducción de herbívoros y carnívoros, elementos fundamentales en la cadena trófica, puede ser crucial para restaurar el equilibrio ecológico en determinados hábitats.

Diferentes regiones europeas, incluyendo Croacia, Cerdeña, el sur de Francia, Países Bajos, Dinamarca, Suecia y Noruega, presentan condiciones propicias para la aplicación de la renaturalización activa. La reintroducción de especies, cuidadosamente planificada y gestionada, puede ser clave para recuperar la funcionalidad de los ecosistemas y asegurar la supervivencia de especies amenazadas. La renaturalización activa, combinada con la creación de nuevas áreas protegidas, se presenta como un enfoque prometedor para alcanzar los objetivos de conservación de la Unión Europea.