El Rocío Chico, una de las celebraciones más emblemáticas del Suroeste de España, está a punto de dar inicio en la localidad de Almonte, en la provincia de Huelva. A pesar de que este año no se trata de un año de traslado de la Virgen, la tradición de las salvas de escopetas volverá a resonar durante esta festividad religiosa.
La Asociación de Trabuqueros de Almonte, promotora de esta iniciativa, se encargará de coordinar los disparos que acompañarán a los toques de campana y a los diferentes momentos clave de la celebración. Desde el inicio del triduo hasta la Función del Voto, el estruendo de las salvas dará solemnidad a esta fiesta mariana, recordando los históricos traslados de la Virgen al pueblo.
SALVAS PARA HONRAR A LA VIRGEN
La tradición de las salvas de escopetas en el Rocío Chico se remonta a los tiempos en los que la Virgen era trasladada desde su Santuario hasta el pueblo de Almonte. Estos disparos coordinados con los toques de campana buscaban anunciar la llegada y la partida de la Imagen Sagrada, convirtiendo el evento en una celebración aún más solemne y emotiva.
Ahora, aunque no se trate de un año de traslado, la Asociación de Trabuqueros ha decidido retomar esta costumbre para mantener viva la tradición. Desde este viernes, 30 minutos antes del inicio del triduo, se escucharán las primeras ráfagas de disparos que acompañarán a los toques de campana previos a la celebración de la misa. Posteriormente, unos diez o quince minutos después de la finalización de la eucaristía, las salvas de culminación cerrarán cada jornada.
El día 18 de agosto, durante el rezo del Rosario a medianoche, las salvas anunciarán la llegada del simpecado de la Hermandad Matriz. Esta iniciativa se prolongará hasta el 19 de agosto, día central del Rocío Chico, cuando las ráfagas de salvas celebrarán la salida y entrada de la procesión eucarística que tendrá lugar a continuación de la misa, reforzando así «la solemnidad de este acto tan significativo».
GARANTIZAR LA SEGURIDAD
Para garantizar la seguridad de todos los asistentes, el Ayuntamiento de Almonte ha habilitado zonas específicas de tiro en las proximidades de la Ermita del Rocío y en la zona más cercana a la calle Moguer. Dependiendo de la afluencia de público, estas zonas podrían ubicarse también entre el pocito de la Virgen y el paseo marismeño.
Además, durante la noche del Rosario, se habilitarán dos zonas adicionales: una frente a la Hermandad de Triana y otra en la plaza de Doñana, frente a la calle Camaristas. De esta manera, la organización busca asegurar que las salvas de escopetas se realicen de forma controlada y sin riesgo para los fieles que acudan a participar en esta celebración tan arraigada en la cultura de Almonte y su entorno.
UNA TRADICIÓN QUE PERDURA
Las salvas de escopetas en el Rocío Chico de Almonte son una tradición que ha perdurado a lo largo de los siglos, acompañando a los históricos traslados de la Virgen y convirtiéndose en una parte esencial de esta celebración mariana. Ahora, gracias al esfuerzo de la Asociación de Trabuqueros y al apoyo del Ayuntamiento, esta costumbre volverá a resonar en las calles de Almonte, llenando el ambiente de solemnidad y emoción.
Más allá del espectáculo sonoro, estas salvas de escopetas representan un vínculo inquebrantable entre la fe, la tradición y la identidad de esta comunidad. Año tras año, el estruendo de los disparos recuerda a los fieles la importancia de mantener vivas las costumbres que han forjado la riqueza cultural de esta región del Suroeste español.
En medio de la algarabía y la devoción que caracterizan al Rocío Chico, las salvas de escopetas se erigen como un símbolo de continuidad, uniendo el pasado con el presente y consolidando una tradición que ha trascendido generaciones. Así, el Rocío Chico de Almonte se prepara para recibir a miles de peregrinos, quienes podrán disfrutar de este inconfundible acompañamiento sonoro que le otorga una identidad única a esta celebración.