El exviceconsejero Barberá (PSOE-A) obtiene el tercer grado y sale de prisión tras su condena por los ERE

El exviceconsejero socialista de Empleo, Agustín Barberá, condenado a siete años y un día de cárcel por malversación en el caso de los ERE fraudulentos, ha accedido al régimen de tercer grado penitenciario. Esta decisión, que le otorga la libertad condicional, se fundamenta en la enfermedad grave e incurable que padece. Barberá llevaba más de un año y cuatro meses en la prisión Puerto III de El Puerto de Santa María.

La junta de tratamiento de la cárcel de Puerto III fue la encargada de tomar la decisión inicial, considerando la situación médica de Barberá. Posteriormente, la Dirección General de Instituciones Penitenciarias ratificó la medida, contando con el consentimiento tanto de la Fiscalía como del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria. Es importante destacar que este proceso se ha desarrollado exclusivamente por la vía penitenciaria.

Antecedentes del Caso y la Salud de Barberá

El ingreso en prisión de Barberá se produjo el 11 de abril de 2023, tras la negativa de la Audiencia de Sevilla a suspender su pena de cárcel. Aunque el tribunal reconoció la gravedad de su enfermedad, consideró que el tratamiento podía ser administrado en el centro penitenciario.

Previamente, la defensa de Barberá había solicitado su puesta en libertad basándose en las sentencias del Tribunal Constitucional que estimaban parcialmente los recursos de amparo de otros ex altos cargos socialistas condenados en el caso de los ERE. Sin embargo, la Audiencia desestimó esta petición, argumentando que Barberá no había presentado un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional y, por lo tanto, su condena se consideraba firme.

La Denegación de la Libertad y el Camino a la Libertad Condicional

A pesar de que el Tribunal Constitucional anuló las condenas de varios ex altos cargos socialistas y ordenó la emisión de nuevas sentencias, la Sección Primera de la Audiencia de Sevilla no extendió estos efectos a Barberá. El tribunal argumentó que, al no haber recurrido en amparo, Barberá había consentido su situación y su condena se mantenía firme.

Finalmente, la decisión de la junta de tratamiento de la cárcel, avalada por las instancias superiores y basada en la enfermedad de Barberá, ha permitido su paso al tercer grado penitenciario, otorgándole la libertad condicional. Este giro en los acontecimientos abre un nuevo capítulo en el caso de los ERE fraudulentos y en la situación personal de Agustín Barberá.