El Polestar 3 empieza a fabricarse en Estados Unidos en medio de la disputa arancelaria con China

La industria automotriz está experimentando una transformación significativa en la era de la movilidad eléctrica, y Polestar, la marca de lujo perteneciente al grupo chino Geely, se posiciona como un jugador clave en este cambio. Con el inicio de la producción del Polestar 3 en Carolina del Sur, Estados Unidos, la compañía da un paso audaz hacia la globalización de su fabricación, convirtiéndose en el primer modelo de la marca en ser producido simultáneamente en dos continentes.

Este movimiento estratégico no solo refleja la ambición de Polestar de expandir su presencia global, sino que también responde a las tensiones comerciales actuales entre la Unión Europea y China. La decisión de fabricar en suelo estadounidense y exportar a Europa permite a la marca sortear las barreras arancelarias impuestas tanto por Washington como por Bruselas, asegurando así su competitividad en mercados clave. Esta maniobra demuestra la agilidad y visión de futuro de Polestar en un panorama automotriz cada vez más complejo y regulado.

Expansión global y estrategia de producción

La producción del Polestar 3 en la planta de Carolina del Sur marca un hito significativo para la marca. Este SUV de lujo no solo abastecerá al mercado estadounidense, sino que también se exportará a Europa, complementando así la producción existente en Chengdu, China, que se enfoca en los mercados asiáticos y de Oriente Medio. Esta diversificación geográfica en la fabricación permite a Polestar optimizar su cadena de suministro y reducir los riesgos asociados con la dependencia de un solo centro de producción.

La estrategia de Polestar va más allá del Polestar 3. La compañía ha anunciado planes para ensamblar el Polestar 4 en Corea del Sur a partir de la segunda mitad de 2025. Esta decisión refleja un enfoque calculado para evitar la aplicación de aranceles punitivos, que actualmente ascienden al 100% en Estados Unidos y al 20% en la Unión Europea para vehículos eléctricos importados de China.

El director ejecutivo de Polestar, Thomas Ingenlath, ha destacado la importancia de este paso, señalando que la fabricación en Estados Unidos no solo ofrece a los clientes estadounidenses un todoterreno eléctrico de producción nacional, sino que también fortalece el negocio de la marca en un ámbito más amplio. Esta estrategia multifacética demuestra la adaptabilidad de Polestar ante las cambiantes condiciones del mercado global.

Impacto en el mercado y perspectivas de crecimiento

El lanzamiento de la producción del Polestar 3 en Estados Unidos llega en un momento de fuerte crecimiento para la marca. Durante el último trimestre, Polestar logró un impresionante aumento del 80% en las entregas de vehículos en comparación con el trimestre anterior, alcanzando aproximadamente 13.000 unidades. Este impulso significativo eleva las entregas mundiales durante los primeros seis meses del ejercicio a 20.200 unidades, con un rendimiento particularmente sólido en mercados clave como Estados Unidos, Suecia, Noruega y Alemania.

Este crecimiento robusto sugiere que la estrategia de Polestar está resonando entre los consumidores, especialmente en mercados maduros donde la demanda de vehículos eléctricos de lujo está en aumento. La capacidad de la marca para ofrecer vehículos producidos localmente en Estados Unidos podría fortalecer aún más su posición en este mercado crucial, al tiempo que le permite mantener su competitividad en Europa a través de las exportaciones.

La decisión de Polestar de diversificar su producción no solo es una respuesta a las tensiones comerciales actuales, sino también una apuesta por la resiliencia a largo plazo. Al establecer centros de producción en múltiples continentes, la marca se posiciona para adaptarse rápidamente a cambios en las regulaciones comerciales, fluctuaciones en la demanda regional y disrupciones en la cadena de suministro global.

Desafíos y oportunidades en el horizonte

A medida que Polestar avanza con su estrategia de expansión global, la marca enfrenta tanto desafíos como oportunidades significativas. Por un lado, la producción en múltiples locaciones puede conllevar complejidades logísticas y operativas que requerirán una gestión cuidadosa. Mantener la consistencia en la calidad del producto a través de diferentes plantas de producción será crucial para preservar la reputación de la marca en el segmento de lujo.

Por otro lado, esta expansión abre nuevas posibilidades para Polestar. La producción local en Estados Unidos podría facilitar una mayor personalización de productos para el mercado norteamericano, permitiendo a la marca adaptar sus vehículos a las preferencias específicas de los consumidores estadounidenses. Además, la capacidad de exportar vehículos producidos en EE.UU. a Europa podría proporcionar a Polestar una ventaja competitiva en términos de costos y tiempos de entrega en el mercado europeo.

El éxito futuro de Polestar dependerá en gran medida de su capacidad para capitalizar estas oportunidades mientras navega los desafíos inherentes a una operación global. La marca deberá mantener su enfoque en la innovación tecnológica y el diseño distintivo que la han caracterizado, al tiempo que optimiza su red de producción internacional. Si Polestar logra ejecutar esta estrategia con éxito, podría emerger como un competidor formidable en el mercado global de vehículos eléctricos de lujo, desafiando a marcas establecidas y redefiniendo las expectativas de los consumidores en este segmento en rápida evolución.