El ‘cupo catalán‘, la financiación singular entre el PSC de Salvador Illa y ERC de Marta Rovira, es fuente de división interna dentro del PSOE y de los socialistas catalanes. El principal problema para los socialistas no se centra solo en las consecuencias de la medida pactada, como la modificación del Estatuto, la Constitución y una convocatoria electoral, sino en el relato que se impondrá para darle la vuelta a los ataques y críticas por la insolidaria medida.
El principal obstáculo para los socialistas catalanes y del resto de España es tratar de frenar precisamente el argumentario defendido durante años por ellos mismo, un difícil ejercicio para hacer cambiar de opinión a murcianos, andaluces, extremeños, castellanomanchegos, castellanoleoneses, asturianos, cántabros, gallegos y valencianos.
Josep Borrell se encargó de dinamitar el relato del agravio y de las balanzas fiscales hacia Cataluña, con duros informes a través de España Global que fueron borrados poco después del 23-J. La denuncia de Borrell caló en todo el país, hasta el punto de aumentar la presión contra el independentismo incluso entre las embajadas para contrarrestar el relato de las ‘embajaditas’ catalanas.
EL RELATO DEL PSOE, CONTRARRELATO DE JOSEP BORRELL
Desde las elecciones generales, el PSOE trata de convencer a los dirigentes, altos cargos y electos para digerir los indultos, la amnistía, los cambios en el Código Penal, como la malversación y la sedición, y ahora tendrán que tragar con el cupo catalán, que obligará a cubrir los ingresos de Cataluña al resto de Comunidades Autónomas, la mayoría del PP y con una clara estrategia económica con bajos impuestos y contención del gasto. De hecho, la nueva Generalitat será la más cara de la historia, con el doble de Consejerías respecto a Madrid, y cientos de altos cargos que cobran más que Pedro Sánchez.
El PSOE y el PSC tratan ahora de crear una lluvia fina y que cale especialmente entre los alcaldes y presidentes autonómicos del PSOE para propagarla rápidamente. El principal problema se centra incluso en los medios afines al PSOE, quienes criticaron en el pasado dar el privilegio a Cataluña. Asimismo, los socialistas tendrán muy difícil aguantar el relato de la «compra de votos».
LA COMPRA DE VOTOS, EL LEITMOTIVE DEL PSOE
Y es que, el PSOE no ha realizado negociación alguna, donde las dos partes quedarían satisfechas, más allá de obtener los votos de ERC y de Junts desde el 23-J, y con los segundos, con un Carles Puigdemont desafiante de cara a la galería, pero con todo pactado de puertas para adentro, para dar lugar al «biscotto», una aparición fugaz en Barcelona con un expresidente prófugo a la fuga dejando a los Mossos d’Esquadra como un cuerpo policial inútil, con tres agentes como supuestos colaboradores y un enigmático ilusionista como asesor de una huida digna de Hollywood y unas excusas oficiales dignas de la carcajada y la preocupación, dado que fracasado dispositivo desplegado está especialmente diseñado para capturar terroristas.
Desde el 23-J, el PSOE ha traspasado líneas rojas inquebrantables hasta entonces. Los indultos y la amnistía, por ejemplo, fueron rechazados de forma categórica en debates televisados, mítines y sesiones parlamentarias. Los «cambios de opinión» llegaron después por la necesidad de tener los apoyos de los diputados independentistas, único leitmotiv del PSOE para evitar la pérdida de La Moncloa. No obstante, los socios socialistas no aceptan de buen grado que se cedan todos los impuestos generados, gestionados y liquidados a Cataluña, con el IRPF en la primera hornada.
María Jesús Montero, ministra de Hacienda, llegó a afirmar que esta cesión pactada ahora con ERC era nada más y nada menos que un «bulo» del PP, que no se iba a producir en ningún caso, como Salvador Illa, presidente de la Generalitat, quien afirmó que no pactaría «nunca» con ERC.
Con Pedro Sánchez en Lanzarote, Óscar Puente criticando al Tribunal Supremo tras jugar al golfy María Jesús Montero apoyando el cupo catalán tras abrazar al defraudador confeso Jordi Pujol, el PSOE tardará al menos un mes en repartir su argumentario y razones sólidas para tratar de desmontar el relato constitucionalista en Cataluña y en el resto de España.
Cabe señalar que los números este ámbito están muy claros y que el sistema que se busca imponer cambiará por completo la financiación autonómica y fuera de una Conferencia de Presidentes. Pero todo sirve para mantener La Moncloa y reconquistar la Generalitat, esta vez en solitario y con un equipo numeroso, pero experto en cada una de sus materias para aplicar las políticas de la izquierda.
El PP, no obstante, ha cancelado vacaciones para responder al agravio para el resto de España y contra el privilegio de Cataluña, del que siempre había renegado el socialismo porque va en contra del principio del reparto de la riqueza. Ahora, Cataluña será más rica y tendrá más opciones de desarrollo que el resto de España, que mantendrá el pago de las pensiones y de los subsidios de paro. Es decir, se quedan con los ingresos y reparten los gastos.
OBLIGAR A MADRID A SUBIR IMPUESTOS PARA SUFRAGAR EL PRIVILEGIO DE CATALUÑA
No todo en el PSOE es fidelidad a Pedro Sánchez. A pesar de las llamadas a la convivencia política en Cataluña, esta se consiguió con la aplicación del orden y la ley, no por la actuación política, con errores en el PP y también del PSOE. Asimismo, si Madrid consiguiera el mismo trato que Cataluña, la Comunidad Autónoma de Díaz Ayuso sería no una locomotora, sino un imán más potentes para atraer a todo tipo de empresas, inversión y personas.
El PSOE trata de montar el relato con ataques a los bajos impuestos de Madrid y de las Comunidades gobernadas por el PP que han emprendido el camino de los impuestos bajos. Como castigo a este buen hacer, Cataluña, asistida por los Fondos de Liquidez Autonómica y con los mercados cerrados durante más de una década, tendrá este privilegio. Montero trata ahora de obligar a las CC AA a subir los impuestos para cubrir el gasto que deja Cataluña, la insolidaridad y la desigualdad al poder, cuando todas las CCAA, sin excepción, han jugado con las mismas reglas hasta ahora.
Este cambio de reglas a mitad de partida deja a Madrid como la única CC AA capaz de aguantar por sí misma sus propios gastos, mientras Cataluña está enterrada en deuda y un largo gasto supérfluo que Illa fortalecerá en vez de recortar.