El diputado Morón exige claridad sobre el CAM de Ateca y la política de contratación en Cortes

La gestión de los Centros de Atención de Menores (CAM) en Aragón se ha convertido en un tema de intenso debate político y social en las últimas semanas. El partido VOX, a través de su portavoz en las Cortes de Aragón, Santiago Morón, ha puesto el foco en la política de contratación y supervisión de estos centros, especialmente en lo que respecta a la atención de Menores Extranjeros No Acompañados (MENA). Esta situación ha desencadenado una serie de solicitudes de comparecencias y peticiones de información que buscan arrojar luz sobre la gestión de estos centros y las empresas involucradas en su administración.

La controversia se ha centrado particularmente en el CAM de Ateca, al que Morón se ha referido como «la casa de los horrores», sugiriendo la existencia de graves irregularidades en su funcionamiento. Este caso ha puesto de manifiesto la necesidad de una revisión exhaustiva de los protocolos de atención a menores en situación de vulnerabilidad, así como de los mecanismos de control y supervisión implementados por el Gobierno de Aragón. La situación plantea interrogantes fundamentales sobre la eficacia de las políticas de integración y protección de menores, especialmente aquellos procedentes de la inmigración irregular.

La demanda de transparencia en la gestión de los CAM

La solicitud de comparecencia de la consejera de Bienestar Social y Familia, Carmen Susín, así como del director gerente del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS), Ángel Val, responde a una creciente preocupación por la falta de transparencia en la gestión de los Centros de Atención de Menores. Esta petición no solo busca esclarecer los procedimientos de contratación y supervisión, sino también evaluar la eficacia de las medidas implementadas para garantizar el bienestar de los menores bajo tutela del Estado.

La demanda de información detallada sobre las partidas presupuestarias, incidencias reportadas y expedientes administrativos relacionados con la Fundación Salud y Comunidad, una de las entidades responsables de la gestión del CAM de Ateca, refleja la necesidad de un escrutinio minucioso de las entidades privadas que asumen responsabilidades en el cuidado de menores vulnerables. Este nivel de detalle en la información solicitada sugiere una preocupación subyacente sobre la posible existencia de irregularidades en la asignación de recursos y en la calidad de la atención proporcionada.

Además, la petición de información sobre otros CAM que acogen a MENA en Aragón indica un interés por evaluar de manera integral el sistema de atención a este colectivo específico. La transparencia en estos aspectos es crucial para garantizar que los recursos públicos se estén utilizando de manera efectiva y que los derechos y el bienestar de los menores estén siendo protegidos adecuadamente en todos los centros bajo la supervisión del Gobierno autonómico.

El debate sobre la inmigración irregular y sus implicaciones

Las declaraciones de Santiago Morón sobre la inmigración irregular han abierto un debate polarizado sobre las políticas migratorias y sus consecuencias sociales y económicas. La afirmación de que la apertura a la inmigración irregular demuestra «hipocresía» por parte de ciertos sectores políticos plantea interrogantes sobre la coherencia entre las políticas de acogida y la capacidad real de integración y atención a los inmigrantes, especialmente a los menores no acompañados.

La crítica a la supuesta preferencia por «jóvenes musculados en edad militar» sobre otros perfiles de inmigrantes más vulnerables sugiere una percepción sesgada de las políticas de acogida. Esta visión, sin embargo, ignora la complejidad de los flujos migratorios y las diversas razones que llevan a las personas, incluidos los menores, a emprender viajes peligrosos en busca de seguridad o mejores oportunidades de vida.

El énfasis en el «gran negocio» que supuestamente representa la inmigración ilegal para mafias, ONG y empresas gestoras de centros de acogida introduce un elemento adicional de controversia. Esta perspectiva sugiere la necesidad de una revisión crítica de los mecanismos de control y regulación en todo el proceso de acogida e integración de inmigrantes, especialmente de los menores no acompañados. Sin embargo, es crucial abordar este análisis desde una perspectiva equilibrada que reconozca tanto los desafíos como las oportunidades que presenta la inmigración para la sociedad de acogida.

Hacia una política integral de atención a menores y gestión migratoria

El caso del CAM de Ateca y el debate subsiguiente ponen de manifiesto la necesidad de desarrollar una política integral que aborde de manera efectiva tanto la atención a menores en situación de vulnerabilidad como la gestión de los flujos migratorios irregulares. Esta política debe basarse en principios de transparencia, eficiencia en la gestión de recursos públicos y, sobre todo, en la protección de los derechos fundamentales de los menores, independientemente de su origen o situación migratoria.

La mejora de los sistemas de supervisión y control de los Centros de Atención de Menores es un paso crucial para garantizar que estos cumplan con su función protectora y de integración. Esto implica no solo una revisión de los procesos de contratación y gestión, sino también la implementación de mecanismos de evaluación continua que permitan identificar y corregir deficiencias de manera oportuna.

Asimismo, es fundamental abordar el debate sobre inmigración irregular desde una perspectiva multidimensional que considere tanto los aspectos de seguridad y control de fronteras como las necesidades humanitarias y de integración. Esto requiere un diálogo constructivo entre diferentes sectores políticos y sociales para desarrollar políticas que sean a la vez eficaces en el control migratorio y respetuosas con los derechos humanos.

La situación en Aragón puede servir como un caso de estudio para reevaluar y mejorar las políticas de atención a menores y gestión migratoria a nivel nacional. El objetivo final debe ser la creación de un sistema que garantice la protección efectiva de los menores, promueva su integración social y, al mismo tiempo, aborde de manera responsable los desafíos que plantea la inmigración irregular. Solo a través de un enfoque equilibrado y comprehensivo se podrá avanzar hacia una solución que responda a las necesidades de todos los actores involucrados, priorizando siempre el bienestar de los menores bajo la tutela del Estado.