martes, 10 septiembre 2024

La «normalidad» de Salvador Illa: sin bandera de España, ni retrato del Rey y un discurso propio de ERC

Salvador Illa ha insistido una y otra vez en que su mandato será una vuelta a la «normalidad». El líder del PSC, no obstante, tan atado a algunos símbolos, ha preferido mostrarse como lo hubiera hecho un dirigente nacionalista al ocultar la bandera de España y el retrato del Rey, y con un discurso que podría haber firmado cualquier dirigente de ERC, incluido Pere Aragonès o Gabriel Rufián. Asimismo y pese a las promesas electorales para integrar la lengua española, Salvador Illa no ha pronunciado una sola palabra en la lengua materna de más de la mitad de los catalanes.

La bandera de España ha sido un gran ausente en los actos institucionales de Salvador Illa, pero sí la ondean en las campañas electorales como si formara parte de su discurso. Sin ir más lejos, en la recepción con los socialistas europeos se mostraron las banderas de la UE y de Ucrania, pero con la ausencia de la bandera española. Los gestos y más en una política de confrontación son muy importantes.

Son gestos, pero si algo sabe el independentismo y el nacionalismo catalán es precisamente de cómo se expresa y cómo se prepara un escenario institucional. Salvador Illa no deja nada al azar y vuelve a demostrar el objetivo de fagocitar primero al votante de Esquerra, para después hacer lo propio con el de Junts.

El nuevo presidente de la Generalitat comienza su andadura dando la espalda a una buena parte de los catalanes y más aún de sus propios votantes, muchos de ellos monárquicos y defensores de la unidad de España. Pero ya se sabe cómo es Salvador Illa, te puede decir en un debate que jamás pactará con ERC para después aprobar todos y cada uno de los decretos contra la sequía que propusieron los republicanos, incluso dar su sí a los Presupuestos, aunque fueron después tumbados por la mayoría del Parlament.

SALVADOR ILLA, DE NEGAR CUALQUIER PACTO CON ERC A ABRAZAR A ROVIRA

Tanto reniega de ERC que ha pactado con ellos un acuerdo para romper el sistema de financiación autonómica y la caja única de la Seguridad Social. El problema para Salvador Illa, así como para el PSOE, es que ahora las mayorías no están tan claras en el Congreso de los Diputados, más cuando Junts mantiene su pulso firme por la «afrenta» contra el prófugo Carles Puigdemont.

Salvador Illa no se ha salido un ápice del discurso del buenismo y progreso, como si fueran dos términos vinculados y ligados. Nada más lejos. Los cambios estructurales que necesita Cataluña vendrán cuando haya otro Gobierno, mientras tanto, se implementarán las medidas adoptadas hasta ahora para conseguir un mayor «autogobierno», una especie de PNV moderado que trate de captar el voto descontento del independentismo de derechas y de izquierdas. Nada nuevo en Cataluña.

Salvador Illa, presidente de la Generalitat, borra la bandera de España y el retrato del Rey en su toma de posesión
Salvador Illa, presidente de la Generalitat, borra la bandera de España y el retrato del Rey en su toma de posesión

El nuevo presidente de la Generalitat, que prometió 50.000 viviendas en su discurso de investidura, toma posesión de un cetro con las mismas premisas que dejó Pere Aragonès, con mayor influencia del catalán, una lengua en declive por la imposición en las aulas e instituciones; y manteniendo las multas por rotular únicamente en español, siendo la única en España; mientras mantendrá la inmersión lingüística, que tantas ‘alegrías’ ha dado al independentismo, a la cola en el informe PISA.

SALVADOR ILLA, NI UNA PALABRA DE ESPAÑOL EN SU TOMA DE POSESIÓN

Como líder del PSC, Salvador Illa siempre ha utilizado indistintamente el español en sus discursos. En la oposición, tenía que buscar al votante de Ciudadanos, al de ERC y a la parte moderada de Junts. El acercamiento a los ‘naranjas’ se hizo a través de discurso a favor del trilingüismo, instaurando las lenguas catalana, española e inglesa en las aulas, pero visto lo visto y escuchado sus palabras, el inglés –lengua extranjera– tendrá más peso que el castellano en las aulas porque de otra manera perdería todo el respaldo no solo de ERC, sino también de los ‘Comuns’, con una marcada agenda nacionalista e independentista.

Salvador Illa afirma ser un heredero de un «legado depositario de los anhelos las esperanzas y la voluntad de gobierno de Catalunya», una frase que dista y mucho de un mensaje de concordia y convivencia, un discurso que devuelve a la «normalidad» y recuperar el Estatuto tumbado por el Tribunal Constitucional, tal y como ha mantenido durante los últimos meses y certificado con el pacto con ERC. Eso sí, el PSC no tiene mayoría para modificar el Estatuto, ni tampoco los dos tercios en el Congreso para cambiar la Constitución, ni mucho menos una amplia mayoría de consenso.

Salvador Illa, presidente de la Generalitat, borra la bandera de España y el retrato del Rey en su toma de posesión
Salvador Illa, presidente de la Generalitat, borra la bandera de España y el retrato del Rey en su toma de posesión

Y es que, Illa es mucho de decir y hacer lo contrario, incluso con la mentira. Cabe recordar que fue el ministro de Sanidad durante lo más duro de la pandemia y que llegó a confinar Madrid en la desescalada, pero saltándose la Constitución, tal y como fijo el Tribunal Constitucional. Según afirmó, la decisión se adoptó tras consultar a un supuesto comité de expertos. El ahora presidente de la Generalitat tuvo que admitir la verdad ante el Congreso de los Diputados.

LA MENTIRA PERSIGUE A SALVADOR ILLA

«No se creó un comité al margen de la administración pública del Ministerio de Sanidad», afirmó Illa. Y es que, la «mentira», como denunció Alejandro Fernández, presidente del PP de Cataluña en la sesión de investidura, es una seña de identidad del líder del PSC, presente también en el discurso de investidura de este sábado.

Illa aseguró que las decisiones se tomaron por los informes de los técnicos del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (Ccaes), mientras el entonces ministro de Sanidad usó un criterio arbitrario y basado en la mentira para impedir a Madrid poder abrirse antes de lo previsto.