El beneficio de Junts con la fuga de Puigdemont: «Fue asesorado por un ilusionista»

Carles Puigdemont fue asesorado por un «conocido ilusionista profesional» para planear su segunda huida, la primera con orden de detención, tras su regreso a España. El líder de Junts no contó para este plan con Josep Lluís Alay, más centrado en temas de relaciones internacionales; ni por Jaume Matamala, amigo y mecenas de Puigdemont; ni tampoco por Gonzalo Boye, su abogado e instruido en asuntos legales. «Ninguno de ellos aportó soluciones para el plan», apuntan fuentes independentistas a MONCLOA. «Fue un conocido ilusionista. Estuvo asesorado por un ilusionista capaz de desaparecer ante cientos de personas», han sostenido.

Mientras los Mossos d’Esquadra realizaron un bloqueo al Parlament para evitar a cualquier precio la entrada del expresidente de la Generalitat, con una operación Jaula, destinada a capturar terroristas, narcotraficantes y yihadistas, Carles Puigdemont cerró en Barcelona los últimos flecos de su plan. «Nada se dejó al azar», afirman las fuentes consultadas.

Se preparó a conciencia un escenario con una especie de pasillo y cortado en su parte trasera. Era la primera anomalía. Normalmente, los escenarios de Junts son muy sencillos, como también lo eran los de la Assemblea Nacional Catalana (ANC). Un tablón, un fondo cubierto con tela o con pantallas, junto a una escalera para llegar a lo alto, una estructura para los focos y altavoces, el micrófono y el atril. Pero el pasado jueves, 8 de agosto, el escenario era muy distinto. Un fondo partido, un pequeño pasadizo y una rampa en vez de una escalera. En el fondo, apenas un marco por el que cabía únicamente una persona.

LOS DETALLES DEL PLAN ‘HOUDINI’ DE PUIGDEMONT

Asimismo, Carles ‘Houdini’ Puigdemont estuvo flanqueado por dos carpas rojas. No eran carpas al uso, no había venta de recuerdos, llaveros, pulseras, tampoco hubo recogida de firmas ni altas para hacerse socio de ninguna de las asociaciones independentistas. «Dos carpas cerradas, con un velcro en el cierre», puntualizan las fuentes consultadas. «Estas dos carpas fueron cruciales», explican.

Carles Puigdemont en su vuelta a Barcelona desde el escenario montado por Òmnium Cultural
Carles Puigdemont en su vuelta a Barcelona desde el escenario montado por Òmnium Cultural

Para bajar, el abogado de Puigdemont, Gonzalo Boye, cogió del brazo al expresidente de la Generalitat, le metía prisa para cerrar lo antes posible el baño de masas y salir de allí. En su bajada, Carles Puigdemont se acercó a un grupo de voluntarios y cogió un sombrero de paja de uno de ellos, mezclándose así entre la multitud.

Era la enseña distintiva de la organización, para después, entrar en la carpa y salir por el lado más alejado de los focos. La entrada de un hombre con sombrero en la carpa roja fue captada por decenas de cámaras, pero no su salida. «Fue allí cuando desapareció», aseguran las fuentes consultadas. Entró en el vehículo blanco, de la marca Honda, y se perdió su pista en el Paseo Lluís Companys.

Todo ello ante la mirada pasiva de 400 agentes de los Mossos d’Esquadra, sin la acción de un solo diputado del Parlament, agente de la Policía Nacional o de la Guardia Civil, cuya actuación fue vetada por el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska. Se dejó toda la responsabilidad en los Mossos d’Esquadra, pero también fallaron los controles en frontera.

UNA FUNCIÓN DE ESCAPISMO DIGNA DEL CINE

Las carpas cerradas, un hecho insólito en una manifestación independentista, tuvieron su función en la fuga de Puigdemont
Las carpas opacas, un hecho insólito en una manifestación independentista, tuvieron su función en la fuga de Puigdemont

Todo ello en cuestión de segundos, sin que nada ni nadie levantara la liebre y descubriera el truco de escapismo, una fuga digna de Hollywood, dejando por los suelos la credibilidad y eficiencia de los mandos de los Mossos d’Esquadra, que buscaron su detención con una operación preparada para terroristas. Pese al hazmerreír, la realidad muestra una arista aún más peligrosa para la seguridad en Cataluña, dando por hecho que ese dispositivo no solo tiene graves fallos, sino que no se ha responsabilizado nadie del fracaso.

Puigdemont desapareció ante 3.500 personas -según los datos del Gobierno– y las 10.500 -según las cifras de Junts-. No se trató de un truco de cámara o trampillas, sino una carpa estratégicamente colocada para salir de allí sin ser visto. Eso sí, hay tres agentes de los Mossos d’Esquadra detenidos por su presunta vinculación en estos hechos.

EL MOVIMIENTO DE PUIGDEMONT ALIMENTA LA CONFRONTACIÓN

Este movimiento de Carles Puigdemont ha tenido una fuerte repercusión mediática, pero aún más política. Las mismas fuentes admiten que Junts no tendrá un rédito político en forma de votos. «Podría aumentar, pero muy levemente», señalan. Eso sí, muestra quién tiene la hegemonía en el independentismo. «La lección de Puigdemont y Junts abre brecha con ERC. Los republicanos han votado a Salvador Illa y han tratado de capturar, o al menos impedir su entrada en el Parlament, a un expresidente de la Generalitat», han comentado.

En este sentido, la amenaza real tanto para ERC como para el PSC era la presencia de Puigdemont en el Parlament. «La cara de Salvador Illa lo decía todo», apuntaban. «Esperaban que Puigdemont cruzara el parque de la Ciutadella, entrara en la Cámara y boicoteara la sesión de investidura». Pero el plan era mejor aún.

«Salvador Illa trabajó en ese escenario, sin que hubiera debate de investidura o se suspendiera en algún momento. De ahí su pobre discurso, sin líneas argumentales detalladas. Solo habló de generalidades que podría haber firmado cualquier nacionalista, pero es el más españolista de todos», afirman.

UN DESENCAJADO SALVADOR ILLA TRAS LA FUGA DE PUIGDEMONT

Centrando el foco en el rostro del nuevo presidente de la Generalitat, «estaba descompuesto, cuando es una persona que habló de muertos como si de números se trataran durante la pandemia. El semblante era de una clara preocupación, un aviso para lo que le espera el resto de legislatura», consideran.

Asimismo, el otro gran beneficio de Carles Puigdemont ha sido crear una mayor confrontación entre el bloque constitucionalista y el PSOE y sus socios. «PP y Vox ya han movido sus fichas, con peticiones de comparecencia para Pedro Sánchez y una querella contra todo y contra todos. Es una clara victoria para nuestro líder», consideran las fuentes consultadas.

«Dan por muerto al ‘procés’, pero todos los medios y políticos, sin excepción, sitúan a Carles Puigdemont y su acción valiente en primera plana, dejando por los suelos a los Mossos. Está tan muerto que hasta Llarena ha tenido que cortar sus vacaciones para tomar cartas en el asunto», ironizan.

Puigdemont tiene ahora más claro los apoyos disponibles, incluidos entre los agentes de los Mossos, pero aún más entre la población, que ve a ERC como el gran perdedor, como así le auguran las encuestas. «Algunos sondeos internos le dejan en solo seis escaños. Van camino de la irrelevancia», destacan las fuentes. «Será muy difícil para el votante independentista olvidar la traición y la ruptura de ERC con Junts, por más que Junqueras y Rovira nieguen lo contrario», han sostenido.