La retahíla de excusas del Gobierno, Elena y el jefe de los Mossos con la fuga de Puigdemont

Joan Ignasi Elena, consejero de Interior en funciones de la Generalitat, y el jefe de los Mossos, Eduard Sallent, arrojan más sombras que certezas sobre la fracasada ‘operación Jaula’ para tratar de capturar a Carles Puigdemont, huido este jueves ante las narices de más de 600 agentes de los Mossos d’Esquadra. El hazmerreír y el ridículo de los agentes se ha elevado a cotas internacionales, con la noticia de la humillación de Puigdemont a su propia policía.

La retahíla de excusas de Sallent y Elena es para enmarcar. Frases como «estuvimos a punto de detenerle, pero se le perdió la pista por un semáforo en rojo»; «había un operativo para garantizar el orden público, garantizar el pleno (de investidura) y garantizar la detención del president Puigdemont»; o comparar a Puigdemont con «Jimmy Jump», un activista cuya única función es irrumpir en espectáculos como un espontáneo; o «no hemos hecho el ridículo. Ha sido un dispositivo que no ha conseguido el objetivo de detener a Puigdemont. El cuerpo de los Mossos ha estado a la altura de lo que se le pedía», ponen de manifiesto el circo montado para conseguir el efecto contrario.

NI UNA EXPLICACIÓN: ¿QUIÉN CUSTODIA LA FRONTERA?

Se esperaban explicaciones, autocrítica y detalles de un operativo que colapsó las principales arterias de Barcelona y de Cataluña, pero nada de eso salió por la boca de Joan Ignasi Elena o Eduard Sallent.

Para más inri, el director de los Mossos, Pere Ferrer, ha asegurado que Cataluña «tiene una de las mejores policías del mundo», a pesar del despliegue de 400 agentes a menos de un kilómetro de un prófugo de la justicia, dando un mitin encima de un escenario y televisado, han sido incapaces de neutralizarle y detenerle. Para este viaje no hacía falta tanta alforja.

En la rueda de prensa se usó el ataque político, incluso contra sindicatos de Mossos d’Esquadra, por denunciar la inoperancia de los más de 600 agentes. «Estas excusas arrojan más sombras que luz», apuntan fuentes de los Mossos d’Esquadra. «Ha sido un mitin político y no explicativo de los clamorosos errores en un dispositivo que debía funcionar desde el primer momento», han destacado.

Agentes de los Mossos d'Esquadra, de charla y con su pasividad ante el mitin de Puigdemont
Agentes de los Mossos d’Esquadra, de charla y con su pasividad ante el mitin de Puigdemont

«Se diseñó un operativo similar a otras investiduras, pero no se estudiaron todos los escenarios», destacan las mismas fuentes. Sallent y Elena han llegado a afirmar que «no se preveía un comportamiento impropio por parte de la máxima autoridad de este país». Es decir, los Mossos d’Esquadra esperaban que el expresidente de la Generalitat, con orden de arresto nacional, se iba a entregar tranquilamente después de dar un mitin de cinco minutos televisado y solo en el escenario montado para la ocasión. «!– /wp:paragraph –>

UN MURO DE GENTE Y LA PASIVIDAD DE LOS MOSSOS CON PUIGDEMONT

Elena ha defendido la actuación de los Mossos d’Esquadra, al mismo tiempo que ha cargado contra el juez Pablo Llarena por mantener la orden de detención nacional y no aplicar la amnistía, una medida que no se ajusta para el expresidente de la Generalitat por el delito de malversión y el impacto a los intereses de la UE.

Félix Bolaños, responsable de Patrimonio Nacional.
Bolaños apunta a los Mossos, pero Marlaska tiene la responsabilidad

No hubo ningún agente junto al coche aparcado en zona prohibida, tampoco se inmovilizó el vehículo, un Honda CRV de color blanco y propiedad de un agente, no se le cortó el paso para salir de la zona del Paseo Lluís Companys, a menos de un kilómetro del Parlament, como tampoco se dispuso el despliegue de unidades en calles aledañas para abordarle y detenerle. Puigdemont entró andando al estrado y salió sin mayor problema en una ciudad donde las cámaras en las calles están ubicadas en cientos de cruces.

«Nos han hundido la escasa credibilidad que teníamos», afirman varios agentes de los Mossos d’Esquadra. «Los mandos son responsables de este ridículo internacional», han continuado. «Hemos sido fieles a la ley, pero también a las órdenes», matizan, dejando entrever que hubo una actuación política dentro del dispositivo. «La política ha evitado detener al presidente Puigdemont», han advertido.

PUIGDEMONT, 48 HORAS DE EXCURSIÓN EN BARCELONA CON TOTAL IMPUNIDAD

Según Junts, Puigdemont llegó el martes a Barcelona, es decir, fallaron los controles en las aduanas entre Francia y España, un dispositivo que debió reforzarse ya que la orden era para todos los agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Ni a la entrada ni tampoco a la salida funcionaron, motivo por el que se ha pedido un detallado informe al ministro del Interior, el juez Fernando Grande-Marlaska.

Puigdemont cenó con Jordi Turull el martes, el miércoles estuvo escondido durante todo el día, mientras el jueves salió por la calle Trafalgar hasta el Arco del Triunfo. Para bajar del escenario, el abogado de Puigdemont, Gonzalo Boye, le coge del brazo y se anuncia por megafonía que el expresidente de la Generalitat acudirá al Parlament por un pasillo vallado y acompañado por diputados y el expresidente Artur Mas. No obstante, Puigdemont comienza a hacer la cobra a los Mossos d’Esquadra en ese momento.

Entre la multitud, se acerca a un grupo de voluntarios y se coloca un sombrero de paja para entrar en una de las dos carpas rojas colocadas junto al escenario. En vez de salir por la entrada, reaparece por la parte de atrás para dirigirse al Honda HRV, que tenía colocada una silla de ruedas en el asiento del copiloto para justificar el mal aparcamiento. A pesar de estar en alerta 4 antiterrorista, los Mossos d’Esquadra no realizaron ningún registro en la zona, más allá de precintar el alcantarillado, por si el expresidente catalán tenía planeado entrar en la Cámara catalana por algún túnel.

De hecho, ese era el único escenario que tenían los Mossos. Nadie previó el esquinazo de Puigdemont en las narices de los más de 600 agentes desplegados en la ‘Operación Jaula’ -rebautizada ya como ‘Operación Jauja’.

BALONES FUERA DE BOLAÑOS Y SILENCIO DE MARLASKA

El Gobierno, además, ha apuntado directamente a los Mossos d’Esquadra como los únicos responsables, a pesar de que el control de fronteras corresponde a la Guardia Civil y a la Policía Nacional. Además, hay una mayor negligencia. La Fiscalía ha evitado pedir la prisión provisional para los dos agentes de los Mossos d’Esquadra detenidos por un supuesto delito de encubrimiento.

Con todo, Vox y Hazte Oír se han querellado contra todos los responsables políticos y oficiales por el fracaso del dispositivo. Para la formación de Santiago Abascal, se trata de un plan «preparado», más con «el silencio de Pedro Sánchez».

En este sentido, las fuentes de Vox comparan la actuación policial con detenciones de delincuentes buscados con la pasividad mostrada con Carles Puigdemont. «Cien agentes para un fugitivo recluido en su casa frente a 400 agentes y un prófugo delante de ellos. El chiste se cuenta solo y las mentiras las difunden y propagan ellos», han advertido. En este sentido, apuntan que depurarán todas las responsabilidades por la vía judicial, «caiga quien caiga».