La escandalosa pasividad de los Mossos con Puigdemont y el veto de Marlaska: «El ridículo es indescriptible»

La reaparición y posterior huida de Carles Puigdemont en Barcelona antes del debate de investidura de Salvador Illa se ha convertido en un espectáculo propio de Berlanga, de cómic de Mortadelo y Filemón. El circo no lo ha montado el expresidente de la Generalitat, cuya promesa fue la de aparecer en plena sesión para votar y rechazar la investidura del candidato socialista, sino de los Mossos d’Esquadra, la Consejería de Interior y también el Ministerio de Interior, que impidió a la Guardia Civil y a la Policía Nacional formar parte del operativo para capturar al expresidente prófugo e inquilino de Waterloo (Bélgica).

Carles Puigdemont llegó el miércoles a Barcelona y pasó noche en la Ciudad Condal sin que ningún cuerpo policial levantara las sospechas, según ha podido conocer MONCLOA. El prófugo de la justicia aparecía a primera hora por la calle Trafalgar, acompañado por Jordi Turull y dos escoltas que suelen llevar los diputados del Parlament. En ese pequeño paseo, de apenas 50 metros, Puigdemont pudo ser detenido, pero ningún agente de los Mossos d’Esquadra se había apostado en las entradas a las calles aledañas, más cuando había un escenario con cerca de 10.500 personas, según fuentes de Junts, rodeándolo.

Entre los presentes se encuentra Jaume Giró, diputado de Junts y quien apareció en las quinielas como el posible candidato de Junts para presidir la Generalitat. Cabe destacar las notables ausencias, como la de Míriam Nogueras, la líder de Junts en el Congreso de los Diputados, entre otros.

La primera anomalía se centra justo en ese medio centenar de metros. Los dos escoltas de Puigdemont, con su característico pin de la Generalitat, podrían enfrentarse al Código Penal. «El funcionario público que, requerido por autoridad competente, no prestare el auxilio debido para la Administración de Justicia u otro servicio público, incurrirá en las penas de multa de tres a doce meses, y suspensión de empleo o cargo público por tiempo de seis meses a dos años», apunta la normativa vigente.

JORDI TURULL ACOMPAÑÓ A PUIGDEMONT EN TODO MOMENTO

Pero no solo eso, sino también Josep Rull, así como el resto de diputados que se han acercado a arropar al expresidente de la Generalitat, como Albert Batet, presidente de Junts, y la máxima autoridad del Parlament, Josep Rull, entre otros. El artículo 412 establece que si «el requerido fuera autoridad, jefe o responsable de una fuerza pública o un agente de la autoridad, se impondrán las penas de multa de doce a dieciocho meses y suspensión de empleo o cargo público por tiempo de dos a tres años».

La operación jaula de los Mossos colapsa Barcelona y no captura a Puigdemont
La operación jaula de los Mossos colapsa Barcelona y no captura a Puigdemont

Ninguno de ellos actuó para tratar de detener a Carles Puigdemont, pero tampoco se ha actuado de oficio por parte de la Justicia. Según adelantan fuentes judiciales, el juzgado de guardia de incidencias de Barcelona «no ha ordenado detención alguna en relación a la situación generada por la presencia y posterior ausencia de Carles Puigdemont». Con todo, se han detenido a dos Mossos d’Esquadra por haber escoltado a Puigdemont hasta el Arco del Triunfo de Barcelona.

UN MOSSO DETENIDO PIDE EL HABEAS CORPUS

«Hasta ahora, no se ha abierto diligencia, ni ordenado detención ni tampoco citación para tomar declaración de ninguna persona» por la reaparición y nueva fuga de Carles Puigdemont, cuyo paradero ahora es desconocido. No obstante, horas más tarde llegaba la corroboración de los dos arrestos. El Juzgado de Instrucción 20 de Barcelona, en funciones de guardia de incidencias, recibió un escrito provisional de «habeas corpus por parte de un mosso d’Esquadra detenido en Barcelona». «El juzgado está pendiente de que se cumplimente la petición de acuerdo a las exigencias procesales y de recibir al detenido», destacan.

El habeas Corpus es una figura jurídica a la que tiene derecho cualquier persona que haya sido detenida y considere que no hay motivos para ello. El juez del 20 de Barcelona deberá así decidir si mantiene la detención del agente de los Mossos o bien le deja en libertad.

Fuentes solventes de Junts no descartan que pase en Barcelona los próximos días para esquivar los controles policiales. En este punto y tras una supuesta huida en un coche de la marca Honda, con una rueda de repuesto en el asiento del copiloto, el ridículo de los Mossos d’Esquadra llega a cotas insospechadas. Con todo, los Mossos han certificado su fracaso ante el juez Pablo Llarena sin que se hayan asumido los errores. No se ha presentado ni una sola dimisión.

SIN ÓRDENES DE DETENCIÓN SOBRE PUIGDEMONT DESDE EL TJSC

En la denominada ‘operación Jaula’, a la que se le han olvidado poner los barrotes, utilizada para acorralar y neutralizar terroristas, los Mossos han comenzado a realizar controles en las principales carreteras y salidas de Barcelona generando un caos monumental para miles de personas que iniciaban las vacaciones y salidas de trabajadores. Todo ello, con un blindaje de más de 400 agentes solo para rodear y blindar el Parlament. Fuentes internas de los Mossos admiten las críticas. «No se podía haber hecho peor», han sostenido.

El estupor llega también a los agentes de la Policía Nacional y Guardia Civil, apartados en este dispositivo por orden expresa del Ministerio de Interior, Fernando Grande-Marlaska. «Es un escándalo y una auténtica vergüenza, no lo podemos calificar de otra forma», ha afirmado Ibon Domínguez, portavoz de Jupol, a preguntas de MONCLOA.

«Se han cometido los mismos errores de 2017», ha afirmado. En este sentido, señala que han ocurrido «por confiar plenamente en los Mossos d’Esquadra, una policía absolutamente politizada». «Se les ha dejado hacer y cuando se han querido dar cuenta y actuar era demasiado tarde. Puigdemont ha accedido al estrado escoltado y protegido por los Mossos d’Esquadra», ha denunciado. «Eran escoltas de Junts», concreta.

EL ESCÁNDALO Y HAZMERREÍR CON ALERTA 4 ANTITERRORISTA

Estos agentes, lejos de aplicar la orden de detención nacional del juez Pablo Llarena contra Carles Puigdemont, «han abierto el pasillo» y «protegido» al expresidente Puigdemont. «Es un escándalo», ha insistido.

Carles Puigdemont, en el estrado de Barcelona, con la pasividad de los Mossos
Carles Puigdemont, en el estrado de Barcelona, con la pasividad de los Mossos

Según fuentes policiales, los Mossos d’Esquadra sabían perfectamente el plan de Carles Puigdemont, así como su paradero. «Lo saben porque de otra manera tendríamos un problema de seguridad aún mayor. Estamos en alerta 4 antiterrorista y esta nueva huida podría alentar a otros», apuntan las fuentes consultadas.

El círculo cercano de Carles Puigdemont y los mandos de los Mossos d’Esquadra son muy próximos, pero no se ha querido intervenir a pesar de la orden del Supremo. Como se ha visto, Puigdemont llegó con solo tres acompañantes, subió solo a un estrado y se le permitió bajar para después esconderse entre la multitud. A pesar de la multitud, no hay vídeos que muestren que entró en un coche blanco, como tampoco ninguno que apunte a un paradero cierto. Tal como entró se marchó, por ahora, sin dejar rastro.

LA INUTILIDAD DE LA OPERACIÓN JAULA: CIENTOS DE PERSONAS PIERDEN SU VUELO

Algunas fuentes aseguran que el expresidente aguarda en Barcelona e incluso se apuntó que está escondido en el Parlament, donde los Mossos d’Esquadra solo pueden entrar con el beneplácito del presidente de la Cámara catalana.

La operación jaula, además, ha dejado sin taxis la zona de Barcelona. Las rondas, parte de la AP-7 y la C-32 han colapsado por los controles exhaustivos de los Mossos d’Esquadra, especialmente de maleteros. No obstante, se ha mostrado una operación costosa, inútil y con un despilfarro de recursos humanos y públicos cuando lo tenían delante de ellos, en pleno Arco del Triunfo y subido a un estrado.