Manos Unidas respalda a pueblos originarios del Chaco paraguayo «acorralados» por el agronegocio y la crisis climática

En el corazón de Sudamérica, el Gran Chaco Paraguayo, una vasta región de gran biodiversidad, se encuentra amenazada. Lamentablemente, esta riqueza natural no se traduce en bienestar para todos sus habitantes. Los pueblos originarios del Chaco se enfrentan a una doble amenaza: la expansión desmedida del agronegocio y los efectos cada vez más palpables del cambio climático.

Esta situación crítica ha sumido a las comunidades indígenas en un ciclo de pobreza y vulnerabilidad, privándolas del acceso a derechos fundamentales como la tierra, el agua y la autodeterminación.

Manos Unidas se moviliza por los Derechos de los Pueblos Indígenas en Paraguay

Diversas organizaciones internacionales, como Manos Unidas, han alzado la voz para denunciar la situación precaria que enfrentan los pueblos indígenas del Chaco Paraguayo.

En el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, Manos Unidas ha puesto el foco en la comunidad Payseyamexyempa’a, perteneciente al pueblo Enxet Sur. Esta comunidad, ubicada en el Distrito Villa Hayes, se encuentra prácticamente aislada y rodeada por grandes extensiones de tierra pertenecientes a terratenientes, lo que limita su acceso a recursos básicos y oportunidades de desarrollo.

Para hacer frente a esta problemática, Manos Unidas ha puesto en marcha un proyecto de ayuda humanitaria que busca mejorar las condiciones de vida de las comunidades indígenas del Chaco.

Un Futuro Incierto: La Lucha por la Supervivencia en el Chaco Paraguayo

El proyecto, con una duración de doce meses y un presupuesto de más de 70.000 euros, beneficiará a 380 personas de cinco comunidades pertenecientes a tres pueblos indígenas diferentes. Entre las acciones previstas, se encuentra la construcción de un sistema de almacenamiento de agua de lluvia para garantizar el acceso a este recurso vital, así como el desarrollo de iniciativas económicas comunitarias.

A pesar de los esfuerzos de organizaciones como Manos Unidas, la situación en el Chaco Paraguayo sigue siendo preocupante. La falta de voluntad política para frenar la expansión del agronegocio y proteger los derechos de los pueblos originarios perpetúa un ciclo de injusticia y desigualdad. El futuro del Chaco Paraguayo y sus habitantes depende de la capacidad de la sociedad y los gobiernos para reconocer y proteger los derechos de los pueblos indígenas, garantizando un desarrollo sostenible y equitativo para todos.