Las Bolsas mundiales han dado un nuevo aviso de la recesión más anunciada de la historia, pero no vendrá solo una caída de la economía, sino que estará acompañada de precios cada vez más elevados una vez la Reserva Federal de EE UU comience a imprimir billetes para evitar una mayor profundidad en la crisis que viene. Solo en los primeros compases de la jornada de este lunes negro se han evaporizado 1,9 billones (con ‘b’) de dólares, el equivalente a 1,33 veces el PIB de España, con todos los sectores, sin excepción, en rojo y tras el mayor desplome en Japón desde 1987.
La deuda de Japón supera en un 600% su PIB y es la tercera economía del mundo. La cifra supone un 60% respecto al 2019, mientras que solo el 4% es del Gobierno, frente al 17% en EE UU y el 25% de China.
El mercado ha implosionado por numerosos factores -de ahí que sea la recesión más anunciada de la historia-, pero había conseguido sortear hasta ahora la difícil y convulsa situación económica, geopolítica y política a uno y otro lado del Atlántico. No obstante, hasta el jarrón más grande tiene una capacidad limitada. Y esto es lo que ha ocurrido desde la irrupción de la pandemia. Ese jarrón se ha llenado de deuda. A cierre de abril de este 2024, la deuda mundial alcanza los 292,7 billones de euros, un montante que viene de las primeras economías principalmente, pero también de los países emergentes.
LA DEUDA, EPICENTRO DE UN ATERRADOR TERREMOTO FINANCIERO
Un tercio de esta deuda está alojada en países del sudeste asiático e India, así como Latinoamérica. Estas potencias han basado su economía en vivir de lo prestado y su debe se ha duplicado en apenas diez años, desde los 93,9 billones de euros a los 55 billones de dólares. Las alertas por estos elevados niveles de deuda comenzaron a dispararse hace dos semanas, cuando Moody’s exigió a la India un plan de recorte de deuda urgente para equilibrar las finanzas.
En Occidente, la deuda se ha multiplicado, alcanzando nuevos récords y sin visos de frenar la escalada, mientras EE UU, el mayor emisor de lejos, se prepara para una nueva impresión de billetes, mientras uno de los principales tenedores comienza a huir de este activo, tal y como se ha visto en la jornada japonesa de este lunes. A todo ello se une unas economías en claro estancamiento, tal y como muestran los índices de producción manufacturera e industrial, mientras el mercado laboral comienza a dar síntomas de agotamiento.
A este escenario hay que sumarle las dos guerras activas en Rusia y Oriente Medio, así como protestas en Venezuela ante el fraude de Nicolás Maduro, quien busca instaurar una dictadura al no aceptar los resultados del pasado 28 de julio.
Para mostrar la gravedad de la situación económica, geopolítica y social, Toumas Malinen, CEO de GnS Economics y conocido como el ‘buscador de cisnes negros’, desgrana un decálogo de un posible empeoramiento del actual escenario. Su decálogo en Israel apunta a un conflicto con la presencia activa de EE UU, un movimiento que tendrá una fuerte respuesta de la OPEP con un embargo del petróleo, mientras Irán cierra el Estrecho de Ormuz -la autopista del oro negro en Oriente Medio-. Todo ello, provocará una escalada importante en el precio del petróleo, hasta los 300 dólares por barril. Europa sucumbirá ante la crisis energética sin precedentes ante la escasez de GNL y un precio de la energía disparado.
Estos altos precios serán el caldo de cultivo idóneo para revitalizar la inflación, con una nueva actuación de los bancos centrales. El colofón será un colapso del sistema financiero y bancario, mientras la crisis de deuda obligará a activar los rescates financieros. El comercio del petróleo se hunde y aparecerá la hiperinflación. En los últimos dos días, el precio del petróleo ha escalado un 2%, hasta los 76,4 dólares por barril. Llegar a los 300 dólares significaría un incremento de casi el 300%. La hiperinflación se exportará desde EE UU al resto del mundo, especialmente a Europa.
EL ORO SE DISPARA POR ENCIMA DE LOS NIVELES DE 2008
Cabe recordar que las Bolsas se comportan por expectativas. La mayoría de analistas apunta que estas caídas de este lunes negro solo son una corrección sana tras alcanzar máximos históricos en los índices, pero la realidad es que los datos macroeconómicos apuntan a una contracción económica, de la que está por ver su magnitud. El oro, de hecho, se comporta como un verdadero activo refugio, con un precio por encima de los 2.400 dólares por onza, un 26% más respecto al máximo registrado en la crisis de 2008.
Con todo, en el mercado se registrarán rebotes y todas las miradas se centrarán en las elecciones de EE UU, donde Trump se la juega ante Kamala Harris. Cabe destacar que el magnate estadounidense no es amigo de las guerras y prefiere buscar una solución a los conflictos más diplomática.
Malinen ha advertido a lo largo de los últimos meses de la grave situación a la que vuelve a enfrentarse la economía mundial. En 2022, hace justo dos años, señaló «el deterioro de la economía se está realizando a un tiempo más rápido de lo esperado».
NO ESTAMOS PREPARADOS PARA LO QUE VIENE
Cabe destacar que GNS Economics es una firma dedicada a detectar posibles cisnes negros y advertir de los mismos a empresas y políticos. A su juicio, la actual crisis en Europa es peor de lo que se esperaba. «No estamos preparados para lo que viene», afirmó. Por esta razón, ha emplazado a los consumidores a hacerse con acopio de comida, agua y efectivo para poder hacer frente a la crisis económica, bancaria y social que se avecina en el Viejo Continente.
Estamos esencialmente al borde de otra crisis bancaria, un colapso de nuestra base industrial y hogares, y por lo tanto al borde del colapso de nuestras economías
«Estamos esencialmente al borde de otra crisis bancaria, un colapso de nuestra base industrial y hogares, y por lo tanto al borde del colapso de nuestras economías«, ha remachado. Las aseveraciones y advertencias son demasiado contundentes.
En este sentido, Malinen cree que las autoridades dictan las normas, pero ocultan sus planes a la ciudadanía. «Tenemos poco conocimiento de lo que han planeado», ha remachado. «¿Serán capaces de detener el inicio de la crisis bancaria, una vez más? No sé, pero tengo dudas», ha indicado. No le falta razón, al menos en cuanto a lo referente a Europa. En marzo de ese mismo año, el BCE negaba que fuera a subir los tipos de interés, para después iniciar su escalada y comenzar a reducirlos relativamente desde hace pocos meses. ¿Podrá el BCE sostener esta situación?